Fuego y chinchetas
Música
VIDEOCLIP EN EXCLUSIVA Y ENTREVISTA

El videoclip que cierra la carrera de Hazte Lapón: "Hay vida después de los grupos"

"Las cosas bien cerradas sobreviven mejor": los porqués del final de Hazte Lapón, todos los secretos de su tercer disco 'Tú siempre ganas' y el último videoclip de la historia del grupo

"Tú siempre ganas" - Hazte Lapón

"Tú siempre ganas" - Hazte Lapón

Madrid

Manuel González, Lolo, y Saray Botella conforman Hazte Lapón, dos malagueños que dieron luz a su proyecto en Madrid. Casi diez años después de su origen, un nuevo nacimiento, el del hijo de ambos, ha llevado al final soñado de la banda. Una historia con principio y con final que se cuenta de manera meticulosa en el que es su tercer y último disco, 'Tú siempre ganas'.

Es tal el detallismo de Lolo Lapón que ha cuidado mucho cada paso que ha dado en este elepé. Desde el sistema de publicación, pasando por el formato físico -el cual es una joya digna de coleccionista- hasta el estreno de este videoclip que marca el cierre de la carrera de Hazte Lapón. Todo esto desde la premisa de que la vida se impone al 'Rock & Roll' y que la banda debe dejar paso a las vicisitudes de "La vida adulta".

Juanjo Rueda ha sido el encargado de dirigir el videoclip que estrena Fuego y Chinchetas en exclusiva. De la mano de Lolo, mezclan realidad y ficción coqueteando sobre qué pertenece al grupo y qué a la vida de los integrantes. La nostalgia se entrelaza con lo cómico como refleja el color en blanco y negro que solo se sobresalta cuando el rojo señala los enfrentamientos o los momentos de amor. El sonido lo da "Tú siempre ganas", maravilla de este último disco que pone un fastuoso broche final.

El último videoclip de la banda... ¿de dónde nace la idea?

Está inspirado en una escena de ‘Persona’, de Bergman, que es una película muy radical a nivel conceptual, y que plantea un personaje dividido en dos, que no se sabe si son ellos mismos o una división de un solo personaje. David Lynch ha usado mucho esa idea, pero creo que la primera película que planteaba eso claramente era ‘Persona’. Es una relación vampírica entre dos personajes que se confunden entre ellos y todo sucede en una zona de costa que se llama Fårö, en Suecia.

Pero, ¿dónde está grabado?

Esto está grabado en Málaga. Hemos convertido la Cala del Moral, que es un pueblo de Málaga, en un ambiente nórdico gracias al blanco y negro invernal. Invité a venir al director, que es un hombre que trabaja en Mediaset llevando temas audiovisuales, ha hecho muchos videoclips y es de Málaga. Lo conozco desde hace muchos años; de hecho, estuvimos a punto de hacer un videoclip al inicio del grupo, pero no pudimos hacerlo y casi siete u ocho años después ha hecho el último. Él decía que su idea era romper la barrera entre los personajes de las canciones y la vida real, jugando con esta ficción que se basaba en películas de Bergman y películas nórdicas que tienen un sentido del humor que nos hace mucha gracia a los dos. También hay un director que se llama Aki Kaurismäki, que es finlandés, y tiene un sentido del humor muy nórdico, así, oscuro y socarrón. La idea era trasladar ese estilo nórdico al mundo de Hazte Lapón, que somos dos tipos de Málaga.

Coquetea mucho con vuestra realidad, ¿no?

Primero empiezo ofreciendo una foto, luego distintos vicios juveniles y luego va subiendo la apuesta; una boda, el niño, y así trato un poco de contar nuestra historia desde una ficción que asalta la realidad. La idea era guiñar a la vez a Laponia y los países nórdicos, y a nuestra Málaga natal.

Comentabas que con Juanjo Rueda habíais intentado grabar antes, ¿qué relación te une a él para que sea el director que pone fin a vuestro proyecto?

Nos conocíamos de hace tiempo. He seguido con bastante interés su obra audiovisual, de hecho está ahora preparando un documental sobre los habitantes de esa zona del litoral de Málaga. Él tiene el interés de capturar algo de la verdad sobre la vida cotidiana de la gente. También ha hecho videoclips para el grupo malagueño Biznaga…

"Tú siempre ganas" es la canción...

Sí, la canción que pone título al disco. Es una canción de amor y rendición. Lo que hemos intentado trasladar en el disco y las canciones es esa cierta entrega por amor que supone el paso de la vida juvenil a la vida adulta. La vida juvenil es esa en la que solo te preocupas por tus cosas; de eso pasas a la paternidad, las obligaciones…, tiene algo de renuncia. ¿Qué es lo que puede hacer que uno haga esa renuncia y no suponga amargura y tristeza? Lo único que arregla ese entuerto de renunciar a cosas es el amor. Amor a tu pareja, amor a un hijo… Queríamos capturar eso. ‘Tú siempre ganas’ es un poco “estoy dispuesto a todo por ti”.

Pero siempre que alguien gana, otro esta perdiendo

Yo siempre hago todo con un cierto humor, una cierta ironía. La frase la saqué de la canción de Doraemon, por si alguien se acuerda de ella. Decía “tú siempre ganas, Doraemon”. Pensaba yo… ¿quién puede ganar siempre, a parte de Doraemon? Pues Saray. Saray siempre gana. Es algo que digo yo. Estoy siempre dispuesto a rendirme para que ganes tú. Es un cuento chino -hasta cierto punto- porque seguro que Saray no está en absoluto de acuerdo de que siempre gane, pero sirve como planteamiento guía para las veintidós canciones, que hablan un poco de eso, de la transición a la vida adula y de nuestra propia historia, pero siempre con un punto de humor.

¿Habías imaginado así el final de Hazte Lapón?

Sí, sí que lo he imaginado. El asunto es que cuando uno tiene un grupo de estas características, lo decía Manu de Rusos Blancos hace poco, y que estaba bastante de acuerdo con él, hay muchas cosas que van bien ya que son grupos más o menos conocidos, que tienen público, tienen oyentes, que la cosa tira…, pero sigue tirando a trancas y barrancas. No hemos saltado a un estatus en que vaya todo rodado, y puedas dedicarte solo a la música. Que seguramente yo, de haber podido, nunca hubiera querido, porque nunca me he querido dedicar a esto. Tengo otra profesión que me gusta y que nunca he querido abandonar, pero tampoco se han dado esas circunstancias en las que la música tire sola, vaya todo hecho. Vaya, que no somos como estos grupos que se hacen doce o veinte festivales al año. En esta situación, siempre tienes que decir “vamos a hacer un esfuerzo por hacer este disco, por tocarlo, por presentarlo”, y siempre parece que queda un esfuerzo más, algo más que hacer. Entonces hay un momento en el que llegas a un acuerdo.

Frame del videoclip "Tú siempre ganas" / Hazte Lapón

Y, ¿Cuál es el acuerdo?

Creo que tres discos pueden ser un buen número para dejar algo con un sentido, con un principio y un final, con una evolución, con un desarrollo y un cierre que nos deje contentos a nivel artístico. Eso para mí sí que era importante y sí que lo imaginaba. Entonces fue un acuerdo. ¿Qué pasará en un futuro? Pues no sabemos. Lo que seguro que no pasará es que Hazte Lapón siga.

¿No dejas la puerta abierta?

Espero no tener que desdecirme… a lo mejor viene Bill Gates y me ofrece dos millones de dólares si vuelvo y entonces me tengo que tragar mis palabras. Así a priori no. Porque precisamente creo que hay vida después de los grupos, igual que si Morrissey pudo sobrevivir a la sombra de los Smiths y ha seguido haciendo discos y no ha tenido que resucitarlos. Siempre me ha dado un poco de rabia los grupos que terminan y luego resucitan un poco por la pasta. Me dio mucha rabia cuando volvieron los Pixies. Estaba dispuesto a verles tocar sus canciones antiguas pero no sé qué necesidad hay de hacer discos mediocres quince años después. O My Bloody Valentine, que estábamos todos convencidos que nunca habría un nuevo discos de ellos, y quince o veinte años después sacan un disco nuevo, que puede estar muy bien, pero está como con el pie cambiado, no acaba de encontrar su sitio quince años después. Yo no quiero que me pase eso, prefiero enterrar a mi criatura y luego ya veremos. Seguiré vivo y lo mismo me da por hacer más música más adelante, por escribir o por quedarme en mi casa jugando a las cartas.

Este tercer disco, 'Tú siempre ganas' (El genio equivocado, 2018) suena como a despedida, incluso en el videoclip se puede ver como te despides al final

En esa escena, la idea era hacer comedia pura de eso. No sabes muy bien de quién te despides, quién está más allá de la cámara. Se supone que es el público. Por otro lado, creo que las cosas bien cerradas sobreviven mejor. Hay cosas que se quedan moribundas… no lo sé. Me preocupa mucho el presente, pero también me preocupa el futuro de lo que uno hace, porque al final son canciones que van a seguir ahí, que lo mismo dentro de diez años nadie se acuerda de ellas, pero lo mismo sí, lo mismo tienen una segunda vida. Estamos hartos de verlo, aparecen en un anuncio, en una película…, y a mí me gustaría no tenerme que avergonzar o ser torturado por una canción con la que no estaba contento y que sigue dando vueltas. Entonces creo que era importante darle forma de cierre. Creo que también ha ayudado a que el disco se entienda, porque casi nadie hace eso… este año ha habido anuncios de un montón de despedidas de grupos: Nudozurdo, Las Ruinas, L.A., Delorean, Berri Txarrak… pero nadie ha hecho un disco que gire entorno a esa despedida.

¿Igual porque ellos se han visto obligados a despedirse de otra manera inesperada?

No sabemos qué ha pasado en cada caso. Algunos se habrán cansado, otros querrán iniciar nuevos proyectos o la banda se habrá desmembrado… Supongo que como yo lo preví y ya sabía que el tercer disco era la última oportunidad que tenía de hacer algo así, teniendo el control del proyecto, pues creía que tenía sentido que el disco fuera en sí una despedida.

Antes me sacabas la entrevista con Manu de Rusos Blancos. Él hablaba que los grupos de vuestra época pertenecíais a la "generación de la crisis". Las bandas que nacieron antes están por encima...

Eso pasa. Si uno ve la historia de la música, suele haber esas transiciones. Por ejemplo se ve muy bien en los grupos que hay entre los 80 y los 90 en España. También los grupos del 88, 89 o 91 en Inglaterra…, hay algunos que son muy conocidos, como The Stone Roses o The Charlatans pero ahí hay una época de transición. En el ‘underground’, por ejemplo, tenemos los grupos de Sarah Records -lo digo un poco así, a brocha gorda, porque habrá expertos en estos estilos que dirán que la cosa no fue así-, pero más o menos fue la decadencia de lo que era el ‘mainstream’ de los 80 que venía del 'punk' y luego del 'techno-pop', hay un momento de decadencia y luego viene lo que es la eclosión del 'indie'. Y en medio, hay grupos que son muy importantes, pero que tuvieron cierta dificultad. Los Pixies por ejemplo, es un grupo que se quedaron a medio camino y han estado mucho tiempo siendo un grupo de culto, pero ni pillaron la época del esplendor del 'punk', influyeron mucho en Nirvana, pero no llegaron a pillar el bombazo de 'indie', porque ya eran viejos y no eran tan guapos como Kurt Cobain, no eran 'grunge'… y se quedaron ahí, a medio camino. Han tenido que pasar muchos años para que tengan un estatus de grupo mítico. Yo creo que a nosotros nos ha pasado un poco igual, a pequeño nivel. Hay una época de los grupos del MySpace, hay un momento en el que entran muchos oyentes nuevos, hay mucho interés en conocer grupos nuevos, entra dinero, y hay una serie de grupos que aprovechan esa ola, porque tienen propuestas muy interesantes, como Los Punsetes, Triángulo de Amor Bizarro, Pony Bravo, La Bien Querida, Joe Crepúsculo… y luego, la siguiente generación hemos tenido muchas más dificultades. Hay algo que se atasca, quizá porque a lo mejor no éramos tan buenos, no digo yo que no, igual es una cuestión de calidad, pero creo que también es una cuestión de contexto.

Lolo Lapón, en un frame del videoclip "Tú siempre ganas" / Hazte Lapón

Y ahora, grupos recién nacidos, lo están "petando"

Ahora, evidentemente, es más fácil que metan en cinco o seis festivales a grupos más jóvenes que a nosotros, que ya estamos un poco pasados de moda sin haber estado de moda. Aunque creo que eso te da un punto más interesante, primero porque hay vida más allá de los festivales, tampoco es siempre el mejor contexto para conocer a todos los grupos, y tampoco es que me vayan a poner a mí en el escenario grande a la una de la mañana. Tampoco hay que obsesionarse con los festivales. Esto te permite moverte en el ‘underground’, que tiene dificultades a nivel de energía, porque hay que poner mucho más de tu parte… instrumentos, preparación, la economía… te van saliendo las cuentas por los pelos, pero también tienes mucha más libertad creativa y vital. No tienes que estar todo un año dedicado solo a presentarte en los festivales. Quizás también hay que aceptar que cuanto más personal es el discurso, puede ser que sea más difícil llegar a más gente. Puedes renunciar a cierta personalidad y hacer cosas más convencionales, pero si no aspiras a hacer rico con esto… tienes mucha más libertad. Puedes hacer lo que te da la gana. Hay que reclamar la relativa ventaja que tiene eso, dentro de que tampoco somos grupos a los que nos haya ido mal. En España hay 80.000 grupos, la gran mayoría no los conoce nadie. Nosotros somos conocidos y ya es suficiente para seguir, para haberte divertido y tal. Todo tiene sus pros y sus contras.

De hecho, dentro del 'indie' nacional sois considerados un poco grupo de culto

Creo que eso también es una suerte, porque no siempre pasa. Hay gente que hace cosas muy buenas y no coge esa cierta corriente en la que, de repente, hay un reconocimiento. Creo que eso es básico. Por eso digo que no me lamento de las cosas, de cómo han salido, porque esa cosa de sentirte gratificado siempre nos ha pasado. Nos ha pasado desde hace unos años. Eso es lo más importante. Lo más frustrante es no tener ninguna respuesta, hacer mucho esfuerzo a cambio de nada. Lo de ser un grupo de culto, habrá que ver que pasa con el tiempo, dependerá también de quién se acuerde de nosotros cuando pasen los años. Lo que he procurado es dejar un corpus artístico. No quiero ser pretencioso, pero hemos querido dejar algo que se pueda sostener hoy, y que además, se vaya a sostener en el tiempo. Seguro que dentro de 20 años hay algunas canciones que me siguen gustando y otras que me horrorizan, porque les haya cogido manía o porque el sonido no me guste…, pero creo que cuando haces cosas muy sujetas a la moda, también es fácil que envejezcan muy rápido. Siempre he intentado hacer cosas que se pudiesen sostener más allá del momento en que salieron. El reconocimiento de gente que escucha música y que sé que comparten gustos en común, que te digan que les gusta lo que haces… es importante.

Ahora llega la época de las listas de los mejores discos del año, y el 'Tú siempre ganas' se está colando en todas partes. Con esta buena crítica ¿no os hace replantear la idea de dejarlo?

Lo que pasa es que, aunque parezca increíble, ahora mismo no se sabe bien qué dirige la atención de la gente hacia una canción. Es un cierto momento de confusión y de perplejidad en los propios músicos, promotores, sellos… no se sabe porque la llama prende. Supongo que, en parte, siempre ha sido así, pero antes, por la vía de la prensa, la radio, de cierto crítico al que era fundamental caerle en gracia…, si se movían ciertos hilos, las cosas prendían y tenías un éxito casi asegurado. Ahora, hay cosas con toda la crítica a favor que, sin embargo, se quedan ahí, a medio camino, y otras cosas que, sin saber por qué, sin tener una característica específica que lo explique, tomando tres decisiones acertadas, de repente atraen un montón de gente. A lo que intento llegar es que el reconocimiento no siempre va parejo a que la vida para el grupo vaya a ser más fácil. En cierto modo, ha pasado siempre. Siempre hay una cierta disociación. Si lo miras en el cine o la literatura, hay muchos autores que hay un momento que se cansan de tener buenas críticas y lo que quieren es romper en taquilla, tener un éxito. En general, nada me va a seducir a no dejarlo, porque para mí tiene un punto de libertad dejar el grupo, ahora que puedo y tengo control sobre eso. Dejar un principio y un final que se puede revisar pero que no está en puntos suspensivos.

¿Esto qué te permite?

Luego tengo la posibilidad de hacer cosas más allá de los códigos que me marqué, en el sentido de que si quiero hacer algo muy distinto, no me vea impedido, porque tenga que tener una cierta coherencia con lo previo. Si mañana me quiero poner a hacer verdiales psicodélicos no me sienta obligado a que tenga cierta coherencia con lo anterior, porque al final, estos grupos que hoy hacen una cosa y mañana hacen la contraria, no sé… hay grupos que lo sostienen muy bien, pero mira lo que le ha pasado a los Arctic Monkeys que de repente han hecho un giro de guión y dicen “es un disco en solitario de Alex Turner”. Hay un momento en el que todos los grupos se ven en una disyuntiva en que, o bien continúan en una línea pero se cansan de hacer lo mismo, o bien dan un giro total y de repente empieza a haber quejas. Tienes que estar muy bien plantado y tener mucho carisma y mucha capacidad para hacer esos giros y no salir mal parado. Si uno aparca, a lo mejor vuelvo dentro de diez años con algo que no tiene nada que ver con esto… y si además me sale muy mal, nadie podrá decir “vaya mierda Hazte Lapón”. Es como cuando uno graba un documento ‘word’ por si se pierde. Eso ya está guardado y con lo siguiente ya puedo hacer alguna barrabasada sin sentir que he estropeado el proyecto anterior.

Saray Botella, en un frame del videoclip "Tú siempre ganas" / Hazte Lapón

El disco en realidad se divide en dos, parte 1 y parte 2, y entre medias dos canciones... ¿por qué este sistema de publicación?

Esa idea es también muy meditada, pero es verdad que ahora que ha salido muy bien, parece muy lógica, pero cuando se me ocurrió, en el sello y los que estaban grabando el disco no lo entendían. “Esto la gente no lo va a entender”, decían. Pero estaba pensado, porque mi idea era un poco transgredir la cuestión del formato físico, porque ahora mismo no puedes sacar un disco solo en digital. Sí, lo puede hacer Drake o Kanye West y funciona, porque son ellos, pero un grupo como el nuestro, si saca algo solo en digital, no se sabría bien lo que es. Por otro lado, si lo haces en el formato físico al modo tradicional, pierdes todas las posibilidad que tiene el formato digital, porque sale en un momento dado y tendría que haber soltado las veintidós canciones seguidas, con un orden en concreto, un disco doble, pero no tengo la posibilidad de ir contando la historia desde marzo que empezamos a adelantar cosas hasta diciembre, que sale la última. La idea era poder explotar por un lado la cuestión digital y por otro lado hacer un formato físico que sirviera no solo como disco que reproduce lo que habéis escuchado ya en digital, sino como algo que aportara un plus. Un modo de escucha nuevo, un orden nuevo, un formato físico particular.

¿No va a salir en vinilo?

No quería sacarlo en vinilo, porque tengo una guerra personal contra el vinilo, no porque crea que los discos no se tengan que sacar en ese formato, yo compro disco en vinilo. Lo que no creo es que haya que cerrarse a esa especie de necesidad de sacarlo todo en vinilo. Lo importante para mí era grabarlo, lograr hacerlo. Grabar veintidós canciones no cuesta lo mismo que grabar diez. Grabar esas canciones, cada una con sus arreglos y con su sonido, no es lo mismo que llegar con una banda y tocar en tres días diez canciones. Creo que tenía más sentido que el dinero se fuera a la creación del disco. Si lo quieres sacar en vinilo, tienes que hacer un vinilo doble y eso, la carpeta, la fabricación, encarece el proceso. Para poder rentabilizar el dinero que me he gastado, más la fabricación, ¿qué hago? ¿Pongo el vinilo a 35 euros? Entonces, me lo como con papas. ¿Quién paga ese dinero ahora? Lo van a pagar 50 personas. Hay que salir de esa dinámica, hay que exprimirse la cabeza y hacer algo que permita salir de esta cuestión. Tiene que ver con que determinados grupos tenemos que contentar a nuestros oyentes más jóvenes, para que lo escuchen directamente en Spotify y que no tienen dinero para gastarse 40 euros en un vinilo, ni a veces siquiera reproductor, y a nuestros oyentes de nuestra quinta o más mayores, que tienen un apego al formato físico. Y esta es la idea que surgió, y que además creo que aprovecha un poco una realidad, que es que ahora mismo el formato de las canciones es más líquido, no es tan fijo.

No hay muchos casos actuales que hagan esto

No he estado tan desacertado cuando, si te fijas, Rosalía, que es el ‘boom’ de este año, ha hecho algo parecido. No tiene nada que ver el disco de ella con el mío, evidentemente, pero ella adelantaba una canción y ponía “Capítulo 1”, luego “Capítulo 3”. Ella fue jugando con eso y presentando una historia por capítulos pero saltándose la sucesión y cuando aparece el disco, aparece la historia entera. En cierto modo es lo que hemos hecho nosotros, pero no sabíamos que Rosalía iba a hacer eso, claro. Sí que creo que hemos hecho una lectura parecida del presente, de la edición digital y de las posibilidades del formato físico.

Y por otro lado está el formato físico que a mi me flipa y me parece una locura

Ahora hay un disco que creo que ofrece un extra, que es un objeto bonito, es un juego y ofrece unos textos de los personajes, para entender el concepto del disco, y además está a un precio accesible. Es una chifladura. Puedes escucharlo en un orden pero si lo juegas, es como Rayuela, la novela de Cortázar, puedes alterar el orden del disco. Se adapta un poco a los tiempos digitales y a la escucha, que puede ser ordenada o desordenada.

Es un auténtico artículo de coleccionista

El reto era conseguir que fuera algo que tuviera ese valor de fetiche que tienen los objetos físicos, que fuese bonito, que no sea otro disco en vinilo de fabricación más o menos económica. Y luego, a parte, que pudiera aprovechar la cuestión digital. Lo más difícil ha sido explicarlo. Ahora que está fuera y que la gente ha reconocido el valor del disco, pues ya estoy tranquilo, pero hubo un momento en el que pensaba… a ver quién entiende esto y quién no. Se me ocurrió esa partición, pensé “puedo intentar hacer dos discos que, por separado, se puedan entender como los típicos discos cortos, de diez canciones, y que se lancen en distintos momentos, que tengan distinta tonalidad; uno es más eléctrico, otro más acústico; uno cuenta unas cosas, otro cuenta otras”. Y había dos canciones que estaban ahí, un poco fuera, y pensé en sacarlas en verano, que es una época donde no muchos grupos sacan canciones habitualmente, y que tienen esta tonalidad un poco más tropical. Queda como esta historia en dos partes con un interludio veraniego.

Hace poco, en Twitter explicabas mediante un hilo de qué trataban las canciones y con un orden diferente al que aparece en las escuchas en streaming

Saqué un hilo manteniendo el nuevo orden, el que tiene el CD de la edición física. Al reordenarse, al encontrarse todo junto, los dos discos y el cuento de verano, en uno; en ese caso lo ordeno para que cuente la historia de una pareja que está en un momento vital en concreto y como van encontrándose con una serie de entuertos y acaba con canciones que tienen que ver con ese punto fundamental para la vida de Saray y mía, que fue el nacimiento de nuestro hijo y que tuvo un impacto y un cambio grande de lo que era nuestra vida a lo que es ahora. La última “Yo los he visto” acaba imaginando la vida una vez que ya no seamos músicos, sino gente anónima. Hace una especie de oda final a la gente normal, que también tiene cosas guays que contar. Bueno, hay de todo. Hay gente que no va a decir nada interesante, sino solo sandeces, pero hay otra gente que sabe de cosas maravillosas de las que uno no sabe nada. Lo mismo te pueden explicar toda la historia de la literatura rusa. Se trata de buscar un poco el tesoro en la gente normal.

En 'Un carrusel' reflejas una forma brutal de expresar “se te ha pasado el arroz”

Una canción sobre la vida nocturna. Mi hermana habla de un concepto que es el "Fear Of Missing Out" (FOMO) que es el miedo de quedarte fuera de juego. La canción va un poco de eso. Si no haces vida nocturna tienes miedo de que pase algo muy divertido y no quieres perdértelo, pero por otro lado estas pensando “¿qué hago aquí? Pudiendo estar en mi casa”. Cuando uno deja de salir descubre los domingos por la mañana, que son momentos muy bonitos del día que yo no conocía, porque he salido mucho…

Además, el sonido también alcanza esa madurez

El primero es un disco muy 'indie', el anterior es un disco que suena mucho mejor pero que todavía tiene momentos más ‘punkys’ y este es más reposado. La electricidad aparece de forma más esporádica y todo está más cuidado. Otro de los retos era hacer discos como cuando yo escuchaba los primeros de Blur por ejemplo. Recuerdo grupos del ‘brit-pop’ que me gustaban mucho como Pulp o los Boo Radleys, donde siempre tienes esa sensación de que cada canción iba a ser distinta: “¿A ver cómo suena la siguiente?”. Escuchando dos canciones, nunca sabías cómo iba a sonar el disco entero. Blur por ejemplo podía sacar ‘To the end’, una canción con violines y aires de 'chançon', y la siguiente era con un teclado frenético, o rollo The Kinks, y la siguiente más guitarrera… Siempre hay un efecto sorpresa. La idea era a ver si podíamos rescatar esto. Obligar a la gente a escuchar las veintidós canciones, para ver qué secreto esconde lo siguiente. Hay grupos en España que han hecho cosas así, como Klaus & Kinski, Astrud o Vainica Doble, que han jugado mucho a sorprender con esos giros. Esos grupos siempre están en nuestra cabeza.

De hecho, el disco está muy trabajado en el estudio porque no has querido pensar en las trabas que podría poner el directo

No vamos a dar ningún concierto de 25 canciones porque no somos Pink Floyd, no vamos a dar ningún concierto de tres horas. De hecho, tengo dificultad de prestar atención durante mucho tiempo a la misma cosa, con lo cual no me gusta torturar a nadie con un concierto de más de una hora. Una hora está en el límite razonable. Eso obliga, cien por cien, a saber que no vas a tocar las veintidós canciones, ni siquiera la mitad, y además tienes que rescatar dos o tres de los discos anteriores. Tienes que prescindir de tocar todas. Habrá algunas que no se toquen nunca o se toquen en acústico. Pero el directo sí que está pensado para que sea dinámico, un concierto contundente, con una banda de músicos de Málaga (miembros del grupo local Icarus Crash) que son buenos instrumentistas. Un directo clásicamente ‘indie’. Intentamos que sea divertido con sus rarezas y sus pausas. Siempre lo digo, todo se ha hecho antes: hay discos que son míticos y nunca se han tocado en directo, por ejemplo la mayoría de canciones del ‘Berlin’ de Lou Reed, que nunca se pudo llevar al directo. Hay infinidad de ejemplos de discos que están pensados solo para el estudio. El estudio tiene muchas posibilidades. Hay discos que tiene sentido grabarlos tal y como va a sonar en directo, pero hay otros con los que viene bien salir de eso. Mi banda favorita de toda la historia se llama XTC, el cantante, que es un genio, Andy Partridge, tuvo un ataque de ansiedad, tenía un trastorno obsesivo-compulsivo, era adicto a las benzodiazepinas, las intento dejar... Entonces. un día, tuvo una crisis de pánico al salir en un directo. Iban a hacer una gira americana, habían estado tocando con Police… y al tipo le dio tanto miedo que no volvió a tocar. Muchos de sus discos más populares y reconocidos ya se hicieron sin que el grupo tocara en directo. Eso le daba una posibilidad de explotar el estudio al máximo.

Aunque las puertas de Hazte Lapón se vayan cerrando poco a poco, la banda tocará el 26 de enero en Café La Palma de Madrid -ciudad donde nació la banda y que no tocan en ella desde 2016-, y en Zaragoza, en la fiesta que organizan los de Zaragoza Feliz Feliz (23 de febrero). Y pronto se sabrán nuevas fechas en Barcelona y Sevilla.

Afincados ya en Málaga, Lolo y Saray certifican que son una banda diferente al resto, hasta en su forma de despedirse. Cuidadosos con el presente pero sobre todo con el futuro y la vejez de su proyecto que, ese sí, nunca dejará de sonar.

Momento de la despedida de Saray y Lolo / Hazte Lapón

Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....

 
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