Tomás Eloy Martínez, el periodismo como género literario

Madrid

Consideró el divorcio que llevó a cabo entre su faceta periodística y la de escritor un fallo en su primera novela. El propio Tomás Eloy Martínez lo decía así: "En la vida hay que armonizar todo lo que uno es en una sola senda". Y él, que finalmente supo enlazar todo, hizo del periodismo un género propio, como le comenta Antonio Rubio Campaña a Macarena Berlín.

Autor de más de 20 libros, Tomás Eloy Martínez podría presumir de carrera en el mundo de las letras. Un periodista comprometido, para el que la profesión era un "acto de servicio".  Considerado como "maestro de reporteros", recibió el Premio Ortega y Gasset a la Trayectoria Profesional en 2009, un año antes de su muerte. Pese a no poder acudir a la entrega del premio, dejó las siguientes palabras: "Ser periodista significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, también ser otro".

Era para Gabriel García Márquez el mejor periodista en lengua castellana. La razón fundamental por la que García Márquez afirma lo anterior es que "Tomás Eloy Martínez consiguió hacer del periodismo un género literario", como explica Antonio Rubio. Martínez cuidaba su pluma con mimo pues "siempre debemos sentirnos obligados a emplear un lenguaje claro, conciso y transparente", como declaraba en 2009 el propio periodista.

Martínez mantenía una relación irregular con su país de orígen, Argentina. Como dato anecdótico, fue en Madrid y no en Buenos Aires donde entrevistó a Juan Domingo Perón. Destaca Antonio Rubio Campaña el hecho que durante esos encuentros con Perón, estuvo presente López Rega, 'El Brujo', uno de los fundadores de La triple A. "López Rega es quien de alguna forma junto con la dictadura hace que Tomás Eloy Martínez tenga que huir a Venezuela". Arropado por un grupo de periodistas, Martínez pudo escapar cuando se encontraba en un bar y la policía iba a detenerle.

Así, Martínez pasó ocho años en Venezuela exiliado. Allí también ejerció el periodismo y fundó El Diario de Caracas con Diego Arria. En su huida hacia el exilio, el periodista solo portaba dos cosas de vital importancia: dos misivas. "Una carta de García Márquez y una carta de Carlos Fuentes que le recomendaban al editor de El Nacional que por favor le dieran trabajo y que era un excelente periodista". Por pura casualidad, el editor de dicho diario estaba en Italia, con lo cual no pudo recibir las recomendaciones que llevaba Martínez consigo y este tuvo que empezar de cero.

Martínez mantuvo encuentros con el coronel argentino Héctor Eduardo Cabanillas autor de un atentado bomba que trató de, sin éxito, acabar con la vida de Perón. Durante esas conversaciones, Cabanillas explicó a Martínez la razón por la cual llevaron a cabo ese fallido atentado o cómo ocultaron y trasladaron el cadáver de Eva Perón a Italia. "Fue muy interesante porque publicó sus temas a nivel de capítulo o por series, que luego esto sirve para utilizar el libro como soporte del periodismo".

Con Purgatorio escribió el argentino un trabajo dedicado a historias humanas partidas en dos por los golpes de estado. El escritor aprovechó su estancia en Nueva Jersey, ya que era profesor allí, para realizar esta novela. "Esa forma de describir ese encuentro de la guerrilla de las torturas y la recuperación de un ayer pasado que nunca podrías tener le da un encanto y una belleza que hay que leer". Y así finaliza y sentencia Rubio Campaña la importancia de leer a Tomás Eloy Martínez.