Los apoyos internacionales de Maduro mantienen la fidelidad del Ejército

Madrid

"Pretenden comprarnos, como si fueramos mercenarios". Estas fueron las palabras del ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, frente a los soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), tras el intento de sacar a Maduro del poder por parte de la oposición entre el 30 de abril y el 1 de mayo. La sombra de la duda planeó en el ambiente, y el presidente Nicolás Maduro miró fijamente a su ministro y hombre de confianza, pensando en si en algún momento pasó por su cabeza la posibilidad de participar del movimiento opositor.

El politólogo de la Universidad Austral argentina, Said Chaya, dice que el compromiso de las fuerzas de Defensa de Venezuela con el chavismo va más allá de la cuestión económica, puesto que es un Ejército profesional pagado por su lealtad. Ese compromiso depende de la sensación de fortaleza y de los apoyos internacionales del régimen. "Hay  un compromiso también ideológico con Maduro y el chavismo. La presencia de Rusia lo que hace es fortalecer todavía más esa postura de Maduro, que va en detrimento de Guaidó, que no tiene el control sobre las fuerzas de seguridad".

Eso no quiere decir que no haya resquemor en las filas chavistas, porque parte de sus funcionarios desertaron el martes. De hecho, aunque fueran un número poco relevante, entre ellos estaba el jefe del SEBIN, el general Manuel Cristopher Figuera, que fue detenido por participar en las negociaciones con la oposición y los emisarios de Estados Unidos. Y si atendemos al discurso de Vladimir Padrino, él como ministro de Defensa presuntamente asistió a esas mismas negoaciaciones.

De ello se han aprovechado los opositores para transmitir que el Gobierno de Maduro sale más débil de este intento de derrocarle, con sospechas sobre sus hombres de confianza.

No sólo Guaidó tiene apoyo internacional

Tanto Gobierno como Oposición confían en el apoyo exterior, que de momento ninguno de sus aliados se ha atrevido a materializar bélicamente. Estados Unidos avisa desde hace semanas de que "una intervención militar en Venezuela no está descartada". Su posición forma parte de un entramado de enfrentamientos en la nueva Guerra Fría entre la Administración Trump y Rusia, donde los dos bloques se mantienen inmóviles apoyando discursivamente a ambas partes en el conflicto.

Por otra parte, Rusia ha avanzado mucho en los últimos años en sus posiciones geopolíticas en Oriente Medio, y ahora también en América Latina. Las nuevas rutas comerciales asiáticas, rusas y chinas, pasan por Latinoamérica y también por Venezuela, haciendo al país menos dependiente de Estados Unidos y del embargo económico que la Administración Trump mantiene hacia este país. Hace apenas una semana se clausuraba en Pekín el Segundo Foro de la Nueva Ruta de la Seda, que plantea un entramado comercial por Europa que pretende después cruzar el Atlántico.

Chaya también alude al apoyo internacional de Irán hacia Venezuela. Por una parte, el económico. "Desde hace por lo menos 15 años vemos que el vínculo entre Irán y Venezuela se ha profundizado en lo comercial, sobre todo por la cantidad de convenios firmados y de intercambios". Y por otra parte, el ideológico y cultural.

La retórica antiimperialista

Irán está presente de alguna manera en territorio venezolano a través de su diáspora, y de su brazo armado Hizbollah, que es grupo político en otro país de Oriente Medio: Líbano. El grupo político-militar tiene sus pies puestos desde hace años en Latinoamérica través de la muy numerosa diáspora libanesa. "Hizbollah mantiene vínculos con su diáspora en Venezuela, esto lo ha dicho Maduro", nos dice Chaya. "Este grupo armado, con su influencia cultural, lo que hace fundamentalmente en Venezuela es operar en redes que facilitan documentación falsa, también en el negocio del narcotráfico. Redes que se extienden hasta lo más alto del Gobierno". 

El politólogo relativiza esta influencia cultural en el sentido religioso. "No es una cuestión de que los venezolanos se vayan a convertir al islam sunita", como advierte también el profesor de la Universidad Católica de Buenos Aires, Paulo Botta.

En palabras de Botta, "lo que puede haber es una visión de Hizbollah como una organización de resistencia". Este segundo experto se refiere a que los venezolanos pueden encontrar en Hizbollah una inspiración antiimperialista, contra Estados Unidos, que precisamente se posiciona a favor de Guaidó frente a Maduro. "Esa retórica anti norteamericana de los años 60, 70 y 80, antes de que el neoliberalismo se hiciera fuerte en los 90 en todos los países de la región". Botta habla de una visión romántica, incompleta y ciertamente sesgada, de la que pueda nacer cierta simpatía hacia grupos como Hizbollah, por transfusión respecto a los conflictos de Oriente Medio, en los que esta milicia chií también se enfrenta a los intereses de Estados Unidos.