¿El montaje era una monada?

Madrid

Maurizio Catttelan, un provocador artista italiano, expuso en la Feria Art Basel de Miami un plátano pegado a la pared con cinta aislante. Aunque parezca increíble, la pretendida obra fue colocada por 120.000 dólares, pero el comprador no pudo llevársela a casa porque otro artista neoyorkino hambriento, David Datuna, se la zampó.

Nuestro conocimiento sobre arte nos impide medir el valor creativo de una banana pegada en una pared. Pero el sentido común nos indica que la performance tiene mucho de tomadura de pelo. Y no nos extrañaría que, militantes en el arte de la provocación, el artista platanero, el glotón y el presunto comprador formen parte del montaje a mayor gloria de sus propios nombres y de la galería que los acogió. Porque, de no ser así, arte, lo que se dice arte, lo tiene quien se comió el plátano y dijo con sorna que era “una obra deliciosa”. Una verdadera monada.