'La Codorniz', escuela de humorismo y semillero de cineastas

Madrid

“Nosotros no hicimos una guerra para esto”. Ese fue el mensaje anónimo que recibieron en la redacción de ‘La Codorniz’, el semanario de humor gráfico que circuló en nuestro país entre 1941 y 1978. Su humor generó controversia en el contexto polarizado de la postguerra y el pasado falangista de su primer director, Miguel Mihura, no dejó indiferente a los lectores.

Pero su ‘humor blanco’, centrado en la cotidianeidad y el lenguaje, le valió el reconocimiento de individuos de distinta orientación política. Incluso Millán-Astray, fundador de la Legión, llegó a enviar una carta a Mihura en 1943 para felicitarle por los contenidos de La Codorniz: "¡Fijaos bien lo que supone para un hombre de tan azarosa vida y de tanto dolor el reírse francamente a mandíbula batiente!”

Para Felipe Cabrerizo y Santiago Aguilar, autores de 'La codorniz. De la revista a la pantalla (y viceversa)', la revista se convirtió en el punto de encuentro de una generación pionera en el humorismo gráfico. Dibujantes, escritores y cineastas formaron parte de su redacción. Estos últimos, incluso, pasando del cobijo de las “alas codornicescas” a las mayores productoras del Hollywood de la época.

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El vertiginoso éxito de la publicación, sin embargo, vio su ocaso en el emprendimiento de Chumy Chúmez, uno de sus antiguos dibujantes. Con el lanzamiento de su revista, ‘Hermano Lobo’, Chúmez apeló al gusto de una España revolucionada y en constante cambio, marcando el fin de una era para “los codornices”. En palabras de Santiago Aguilar: “A partir de ahí se ve que es una revista que es muy heredera de su propio pasado, que la propia evolución social de la España del franquismo ha ido mucho más rápida que la propia evolución de la revista”.