Javier Mariscal: "Mis domingos son no madrugar y no hacer nada"

Barcelona

Es un personaje curioso, porque a primera vista dudas si es un sabio despistado o es distante. Abre la puerta en albornoz, y despeja la duda diciendo que hasta que desayuna, tranquila y copiosamente, no es persona.

La mesa está preparada con un plato de fruta cortada, otro de embutidos, tostadas, mantequilla y varios tipos de mermeladas. Casi un buffet libre en un piso luminoso de El Born en Barcelona. La sala donde estamos da a una terracita, bien aprovechada, con plantas ornamentales y “un huerto” con cuatro cosas plantadas pero exuberantes como el limonero que está justo al lado cargado de limones.

Ampliar

“Javier que ya empezamos” le grito desde la mesa, porque ha salido con una bolsa de alpiste a echarle de comer a los pájaros. Y así, con esa estampa franciscana en un piso austero, sin adornos ni objetos de diseño empezamos la entrevista con uno de los nombres clave del arte gráfico y el diseño mundial. Nos cuenta que “así si entran ladrones no se llevan nada”, de hecho ya pasó “y los pobres tan solo se pudieron llevar un cuenco donde acumulo monedas de 1 y 5 céntimos, que odio, y las echo allí”.

Javier Mariscal ha puesto imagen a diferentes momentos de nuestra historia reciente. Desde el cómic underground de “El Víbora” y el piso compartido con Nazario o Miquel Barceló… Al diseño colorista y loco de los años 80, el de los felices 90 con las mascotas de los JJ OO de Barcelona, el cine con Fernando Trueba “Chico y Rita” que fue candidata a los Óscar y luego la ruina con la crisis financiera de 2008. Javier del Pino le pregunta por esto y él reflexiona diciendo que son cosas que pasan en la vida. Pero a pesar de todo se siente afortunado porque “la gran mayoría de gente que nos dedicamos a esto, vivimos muy bien porque trabajamos con algo que te gusta muchísimo y lo disfrutas. Son trabajos que ayudan a la sociedad a entenderse mejor”.