Los trabajadores de una residencia de Navarra deciden pasar el confinamiento con los mayores

Madrid

Durante los últimos días se han sucedido las noticias sobre las residencias de mayores, que se han convertido en un foco de contagio del Covid-19. Hasta tal punto que la Unidad Militar de Emergencias tuvo que iniciar una campaña el pasado sábado desinfectar y prestar apoyo sanitario a los centros.

Estas intervenciones de la UME han hecho que se encuentren algunos cadáveres abandonados en las camas de estas residencias. La Fiscalía General del Estado ya ha anunciado que abrirá una investigación de oficio sobre el tema. Y es que la propia ministra de Defensa, Margarita Robles advertía que “todo el peso de la ley caerá sobre quienes no cumplan con sus obligaciones”, ya que la mayoría de estos centros sí que se ocupa de los ancianos como es debido.

Y un ejemplo de esto, es la Residencia San Jerónimo de Estella, en Navarra. 15 de sus trabajadores han decidido pasar el confinamiento con sus residentes y, desde ayer, conviven con los 62 internos durante las 24 horas del día, dando un ejemplo de solidaridad y empatía con las personas de la tercera edad.

Para contarnos cómo está siendo la experiencia hemos hablado con David Cabrero, director del centro. Nos ha contado que han tomado esta decisión porque“es la mejor manera de garantizar que no entre el virus”. Y está dando resultados y es que absolutamente todos, residentes y trabajadores, se encuentran sin síntomas de ningún tipo. Además, siguen tomando medidas para controlar que esto siga siendo así.

“Fue una decisión que tomamos sin consultar con nadie”, cuenta David, aunque muchos familiares de los residentes sí que han llamado para “agradecer y apoyar el esfuerzo”. También es importante cómo se han tomado la decisión los familiares de los trabajadores, que la han comprendido a pesar de su dureza: “Hay algunos que lo están pasando mal”.

Han tenido que reorganizar todo con los recursos, tanto humanos como logísticos, con los que ya contaban en las instalaciones. Unas instalaciones que ya estaban al límite de su capacidad al inicio de esta crisis, es más, tienen 340 personas en lista de espera. Los trabajadores que se han quedado encerrados con los mayores han tenido que repartirse por los distintos lugares del complejo, desde la sala de juntas hasta algunos despachos.

Nos ha contado que sí que tienen algunas carencias, como el personal de cocina, que no ha podido hacerse cargo de la labor durante la cuarentena, por lo que se han visto obligados a contratar un servicio de catering externo. A pesar de las limitaciones, han intentado mantener las mismas actividades que venían haciendo hasta ahora, reorganizándose de la mejor manera para conseguirlo.

También ha hablado de cómo están viviendo los residentes esta situación. Ha dicho que los encontraba “asustados” con todas las noticias que aparecían en la televisión, sobre todo cuando empezaron a aparecer las referidas a las residencias de mayores. Después de tomar la decisión de quedarse con ellos se han quedado más tranquilos, “aunque tampoco son la alegría de la huerta”, bromea.

Intentan mantenerlos entretenidos y sin sobre exponerlos al tema, ya que es un tema que acaba afectándoles y minándoles la moral: “Hoy hemos quitado los informativos y hemos puesto una peli de vaqueros”.