Parecidos, pero no iguales

Madrid

Una de las tesis más repetidas desde que explotó todo este lío es que el virus no hace distingos. Pedro Sánchez, por ejemplo, repite cada vez que comparece en público que el coronavirus no entiende de fronteras ni de territorios. Y es verdad. En una pandemia como esta todos somos víctimas potenciales; eso también es verdad. Pero que el coronavirus nos iguale… eso ya no lo tengo tan claro.

Lo digo a raíz de una imagen que ha colgado Madonna en su Instagram, desnuda en una bañera con pétalos de rosa y con un texto que dice precisamente eso: que el Covid19 es el gran igualador. Que no importa ni lo rico, ni lo famoso, ni lo listo, ni lo divertido que seas. “Como yo suelo decir -añade Madonna- estamos todos en el mismo barco. Y si el barco se hunde, nos hundimos todos”. Hombre, se entiende el mensaje, ¿eh? Se entiende. Pero no sé yo si la imagen de la bañera y los pétalos de rosa en mitad de un casoplón es el mejor argumento para defender esto de la presunta igualdad vírica. Porque no es verdad.

El Covid19 no afecta ni se vive igual en Vallecas que en Beverly Hills, por ejemplo; y cuando empiece a hacer estragos en África o en América latina, o en lugares que no pueden ni compararse con nuestro primer mundo -donde ya las pasamos canutas- comprobaremos que, efectivamente, no sólo no somos iguales sino que nos separa un abismo.

Así que esa imagen de la bañera y los pétalos de rosa… Yo, sinceramente, la iría quitando. Pero yo no soy Madonna ni canto tan bien como ella.