"Hay más realidades que la tuya", Miguel Ángel Román explica por qué no se debe increpar desde el balcón

Madrid

Miguel Ángel Román, periodista deportivo, pasó por El Larguero para explicar cómo afronta el confinamiento debido al estado de alarma con su hija de nueve años, Ares, que padece autismo severo.

Román publicó en su cuenta de Twitter un mensaje criticando a las personas que, desde sus balcones, increpan a los viandantes. "Salgo a pasear a diario con mi hija con discapacidad, que no entiende nada de lo que pasa. Salgo con la tarjeta que acredita su condición por si me para la Policía. El Gobierno lo aprobó. Salimos para evitar que la estancia en casa sea imposible. Hay más realidades que la tuya", fue el mensaje en su cuenta de Twitter.

"Lo he puesto porque se están dando casos de personas que tienen un hijo con discapacidad que salen a pasear y gente desde los balcones les insulta, porque se ha puesto de moda esta policía de balcón. A mí personalmente no me ha pasado", comenzó a ecpliar.

Además, el periodista hizo hincapié en la necesidad de ciertas personas con discapacidad en salir de casa. "Hay que tener en cuenta que hay realidades diferentes de las que nosotros vivimos. Si tengo alguna influencia, quiero emplearla para concienciar sobre este tipo de asuntos. He aprovechado que se han conocido varios casos para decir 'mi hija tiene autismo severo y salgo con ella a pasear porque ella no aguantaría'. Tenemos derecho a salir porque el Gobierno modificó el real decreto porque no podríamos soportar el confinamiento", explicó.

 "A mi hija si alguien le increpa por la calle no lo entiende, pero hay personas con discapacidad que sí lo entiende. Imagínate que sales y desde el balcón de un edificio alguien te grita. Se enteran, se sienten mal", añadió.

"Vamos a pensar que para controlar la circulación de la calle está la policía, que es la autoridad competente. Si alguien le tiene que parar y multar, que sea la policía. Sé que nos aburrimos, pero si te aburres te pones una serie o lees un libro", concluyó.