Una tragedia sin rédito político

Madrid

Hoy he querido traer los aplausos de las ocho a las diez para recordarle a los dirigentes políticos, a todos, de todos los colores y responsabilidades, esa responsabilidad que tienen. Este país está dando un ejemplo de disciplina social admirable. Estamos en casa, hemos entendido que nos jugamos mucho, y salimos como un reloj a las 8 a mandar energía a nuestros hospitales, energía en forma de aplausos que es lo que está en nuestra mano. Eso y el confinamiento. Sabemos, damos por supuesto, que los responsables públicos de todos los partidos y de todas las instituciones, llevan días sin dormir, dejándose la piel en tratar de remediar esta situación. De eso nadie en su sano juicio puede tener duda, la más mínima duda. Nadie se presenta a unas elecciones para que le caiga encima la primera pandemia del mundo global. Por eso es una vergüenza que cuando se cumplen 15 días de aislamiento, de batalla feroz contra la muerte y el contagio, con millones de ciudadanos muy asustados, tengamos que asistir al cruce de comunicados entre la comunidad de Madrid y el gobierno central por las mascarillas que uno u otro han enviado a los hospitales de esta comunidad martirizada por el virus. Ya está bien. Quien piense sacar rédito político de esta tragedia va dado. Esto nos arrolla a todos, a todos, a ellos también, así que hagan las cuentas que tengan que hacer. Las mascarillas se pueden contar de una en una, saber cuántas hay y quién las envió, pero, además, ¿qué mas da quien las envíe? Envíenlas por favor. Responsabilidad, que hay mucho sufrimiento en juego.