El anuncio de un supermercado que está emocionando a Galicia: #CandoPaseTodoIsto

Madrid

Debido a la excepcional situación que vivimos muchas empresas, marcas y organismos han adaptado sus anuncios para enviar un mensaje de ánimo a toda la población. La cadena de supermercados Gadis, por ejemplo, ha lanzado una campaña llamada “Cuando pase todo esto” que habla, precisamente, de la cantidad de planes que haremos cuando ya no estemos confinados y podamos volver a viajar, abrazar y besar. Para hablar de la publicidad en tiempos de confinamiento hemos invitado a asomarse a ‘La Ventana’ a Pablo Alzugaray, fundador y CEO de la Agencia de publicidad creativa Shackleton.

La publicidad será uno de los termómetros que midan cómo saldremos de esta crisis sanitaria, con más ganas, fuerza o ilusión. Pablo explica que la publicidad y las marcas son promesas, “pueden transmitir ánimo y futuro a las personas”. Por ese motivo, las agencias de publicidad y marcas “tenemos un rol esencial en esta crisis”, insiste.

La actual crisis sanitaria no tiene precedentes; nunca antes ningún fenómeno había afectado a todos los países del mundo a tal nivel. Por ello, Pablo tiene claro que si una marca no se mantiene activa, podría ser su fin. “No participar en esto es como no existir, no ser parte útil en lo que está pasando”, dice. Además, sostiene que, en general, las marcas “deben y quieren participar para ayudar a la sociedad”, como es el caso de Abanca, que ha anticipado las pensiones para evitar las aglomeraciones de los jubilados en las oficinas bancarias.

Pablo está convencido de que todo esto nos cambiará; “cambiará la vida cotidiana, nuestra manera de relacionarnos y nos generará miedos que ahora no tenemos”. Sin embargo, es optimista y cree que también nos hará más humanos y cercanos. Esta crisis no sólo cambiará a las personas, sino también a la publicidad. Las marcas ya están haciendo una publicidad más emotiva y cercana al cliente, y esta tendencia continuará en el futuro; los mensajes serán los mismos pero cambiará el tono.

A pesar de todo, Pablo ve el futuro con buenos ojos: “esto puede ser una gran cura de humildad para una sociedad que se cree absolutamente poderosa e impune”. La publicidad es, al fin y al cabo, un reflejo de la sociedad. Por tanto, si ésta cambia, la comunicación publicitaria deberá adaptarse a esa nueva sociedad. Finalmente, sobre toda esta situación Pablo dice: “es como si la naturaleza o Dios nos haya dicho: ‘tómatelo con calma’”.