La rutina del confinamiento

Madrid

Dice el filósofo y académico Emilio Lledó que estamos en una situación inexperimentada, y que eso nos provoca este vértigo. En el diario El País añade que las ciudades vacías reflejan una tranquilidad silenciosa que resulta amenazante. Así que tomando prestada la palabra que no existe al filósofo, podemos decir que entramos en la tercera semana de vivencia de lo inexperimentado nunca por ninguno de nosotros, de cualquier generación. Ni los mayores, ni los adultos, ni los jóvenes. Nunca, nadie, se enfrentó jamás a una pandemia como esta.

Tercera semana y ya acusamos el cansancio y algo parecido a la rutina del confinamiento. La principal novedad ha sido verle la cara a los vecinos de enfrente, ayer, con el cambio de hora. Era de día a las 20h cuando salimos a aplaudir. Hasta ayer veíamos sombras y luces, hoy tienen rostro humano. Eso para los afortunados que no hemos perdido a nadie querido o que no vivimos pendientes de una UCI o de un termómetro. Para ellos la principal novedad es un dolor en la distancia que podemos solo imaginar y acompañar.