¿Los diputados no pueden renunciar a lo que no han gastado?

Madrid

Hace diez días, el Congreso confirmó que solo uno de los 350 diputados, Odón Elorza, había renunciado a las dietas que los parlamentarios perciben por su actividad. Complementos que van desde los 935 a los 1900 euros según vivan o no en Madrid, casi dos millones en total durante los tres meses de confinamiento. Junto a esta petición individual hubo otras que reclamaban lo mismo colectivamente o que pedían un recorte de salarios. Todas fueron rechazadas porque los letrados de la cámara recordaron que esas dietas son un derecho que el Congreso no puede recortar colectivamente.

Es evidente que los reglamentos están para cumplirse. Y es verdad que no todos los parlamentarios viven las mismas circunstancias y que, tras la polémica, los partidos han anunciado iniciativas particulares para hacer donaciones que no serán fiscalizadas por la cámara. Pero se echa de menos un gesto colectivo de los representantes que esté a la altura de las difíciles circunstancias que están viviendo los representados. Y si el reglamento es la barrera que lo impide, quizás lo que haya que cambiar es el reglamento.