Madrid y el coronavirus: no es ineficacia, es negligencia

Madrid

Cuando el pasado viernes la Comunidad de Madrid decidió dejar de buscar rastreadores voluntarios después de semanas de versiones tambaleantes y de improvisaciones, ese día, ese mismo viernes, en Madrid se habían detectado 973 casos nuevos de coronavirus. El día anterior, 903; 937 el miércoles, 987 el martes... hay que retroceder hasta mediados del mes de abril para encontrar una racha similar con incrementos de contagios en el entorno del millar.

Es decir, cuando después de meses de pandemia, el pasado viernes el gobierno de Díaz Ayuso optó por privatizar una parte de ese trabajo y contratar con una empresa los servicios de 22 rastreadores, ya llegaba tarde.

Perder el tiempo en una crisis como esta, con la experiencia que hemos acumulado durante meses, es una negligencia, una negligencia grave. Perder el tiempo con absurdas cartillas COVID, perderlo retrasando hasta el límite de la lógica la obligatoriedad del uso de la mascarilla es una irresponsabilidad.

Se podrá discutir la necesidad de encargar a otros lo que uno es incapaz de hacer. Lo que no es discutible es que todo el tiempo perdido ha incrementado los riesgos para la salud.

En una zona arrasada por un terremoto, lo peor que puede ocurrir es que una fuerte réplica que termine por derruir lo que ha quedado en pie. Se nos viene el mes de septiembre, cientos de miles de alumnos y padres volverán al colegio, millones de españoles se movilizarán cada día para poner en marcha de nuevo el sistema educativo... Debemos exigir a todas las administraciones que dejen los titubeos, que eviten las improvisaciones, que refuercen con urgencia la atención primaria, las plantillas de los hospitales, los equipos de rastreo, las inspecciones de las residencias... No podemos permitirnos llegar tarde al primer día de clase.