Más que un simple diputado por Ávila

Madrid

Pablo Casado era un simple diputado por Ávila. Así ha despejado el presidente del Partido Popular cualquier responsabilidad en el partido, después de que algunos miembros de la anterior cúpula hayan sido señalados directamente por su presunta implicación en el espionaje del ex tesorero, Luis Bárcenas. Un ex ministro, una ex secretaria general e incluso el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Casado no ha llegado a decir eso de esa gente de la que usted me habla pero por sus declaraciones parecería que no había tenido prácticamente ningún contacto con ellos, vaya, que solo se los cruzaba por los pasillos del Congreso. A ver, en esa cúpula Popular, con Rajoy, Pablo Casado fue vicesecretario de comunicación, y Cospedal le dio su apoyo en el tramo final de su carrera en las primarias que acabó ganando, así que era algo más que un simple diputado por Ávila.

No consigue Casado deshacerse del tema de la financiación ilegal del Partido Popular y quizás no lo consigue porque el propio PP ha convertido la investigación en un boomerang que le vuelve cuando menos se lo espera. Hubo obstrucción a la justicia, hubo maniobras políticas y judiciales, todo con el objetivo que no se pudiera demostrar la financiación irregular. Y este quizás fue el gran error, si el PP hubiera tenido desde el principio verdadera voluntad de aclarar el asunto y que pagaran por él los implicados, el daño reputacional hubiera sido grande pero quizás ya no se notarían las réplicas del terremoto. Pero el PP hizo todo lo contrario; intentar tapar por todos los medios todo el entramado y en ello se implicaron muchos miembros de su núcleo duro, que uno tras otro se van viendo señalados.

El PP nunca tuvo la voluntad de acabar con la corrupción de raíz, quizás porque los implicados sean demasiados y demasiado importantes. Pablo Casado no puede hacer ver que él solo pasaba por allí.