Discusiones desenfocadas
Aunque algo hemos avanzado. En primavera, según el PP, el estado de alarma nos llevaba de cabeza a una dictadura constitucional, y ahora la discusión está en su duración. Quizás para la tercera ola, ya se concentren la pandemia
Madrid
Llevamos ocho meses de pandemia y todavía hoy, el grueso de nuestra conversación política gira en torno al instrumento jurídico con el que abordarla y no sobre los recursos socio-sanitarios para enfrentar esta crisis. El gobierno presentó este fin de semana una propuesta de estado de alarma, diseñado a medida de las comunidades autónomas para que sean ellas las que los ejecuten en sus territorios.
Y propuso disponer de esa herramientas, que permite ir tomando medidas de todo tipo, hasta el mes de mayo. Hoy varios partidos, PP, Cs, y ERC han manifestado que les parecen muchos tantos meses. Casado tira muy a la baja, quiere solo dos meses. Veremos si hay acuerdo, al gobierno le corresponde iniciar la negociación si quiere un respaldo mayoritario.
En toda Europa se multiplican las restricciones amparadas en legislaciones extraordinarias, sin que la discusión sobre la herramienta jurídica ocupe, como aquí, el espacio que hay que dedicar a la batalla contra el virus. Que se pongan de acuerdo de una vez en el instrumento jurídico, porque queremos escucharles hablar de médicos, enfermeros, sanitarios en general, centros de salud, camas de UCI y rastreadores. Queremos saber cómo y donde se aloja a los positivos que no tienen casas en condiciones de poder aislarse, y cómo piensan sostener o transformar el empleo con una crisis que se va a prolongar mucho tiempo.
Ya está bien de que en pleno incendio nos pasemos el día hablando del tamaño de la manguera y no del agua que tiene que apagar el fuego. Estamos muy cansados y muy preocupados. Aunque algo hemos avanzado. En primavera, según el PP, el estado de alarma nos llevaba de cabeza a una dictadura constitucional, y ahora la discusión está en su duración. Quizás para la tercera ola, ya se concentren la pandemia.
