El deporte que no cuajó en Europa

Cuando desde Europa miramos a los Estados Unidos hay muchas costumbres que nos cuesta entender. Su intensa religiosidad, los cretinos que llegan a poner en la Casa Blanca o los deportes que cautivan la atención nacional. En este último punto, a ellos les pasa algo similar cuando nos miran a nosotros. Lo curioso es que para ellos nuestro fútbol es intensamente aburrido, mientras que aquí poca gente le ve la gracia al béisbol.

En 1924, el propietario de los White Sox de Chicago decidió hacer un tour europeo para convencernos de la magia del béisbol. Organizó un viaje para su equipo y para los New York Giants por distintas ciudades europeas, en las que los dos equipos disputarían partidos de exhibición. Digamos que la recepción fue menos que entusiasta, pero el punto más bajo de la gira sin duda fue el 28 de octubre de 1924, cuando los Giants y los White Sox disputaron un partido en Dublín. Sólo veinte personas se presentaron en el primero de los dos partidos que debían disputar en la capital irlandesa. El propietario de los White Sox intentó excusarse diciendo que habían tenido la mala suerte de coincidir con la hora de la misa, pero lo cierto es que el segundo partido fue cancelado. La gira tampoco duró mucho más, y los americanos tuvieron que resignarse a que siguiéramos viendo el béisbol como un deporte más aburrido que ir a misa.