Juan Luis Cebrián: "La censura previa está prohibida. El Gobierno no puede censurar ni las mentiras"

Madrid

"La definición de idiota que prefiero es aquel o aquella que tiene un reconocimiento que no merece. Los ilustrados son más idiotas todavía". Así comienza Juan Luis Cebrián periodista, escritor y miembro de Real Academia de la Lengua Española, su entrevista en Hoy por Hoy.

Cebrián presenta el libro CAOS, El poder de los idiotas, un ensayo sobre un mundo cada vez más caótico, incapaz de gestionar su destino. "El problema que tenemos es que hay muchos idiotas gobernando. La mediocridad de la clase política en los países democráticos es cada vez más evidente", señala Cebrián, quien, no obstante, considera que "también hay gente valiosa" en las instituciones.

"Los principales enemigos de la libertad de prensa en los países democráticos son los gobiernos"

Asimismo, el periodista también se ha pronunciado sobre la Comisión Permanente contra la Desinformación y ha asegurado que un "gobierno no puede censurar las mentiras". "La censura previa está prohibida", añade.

En este sentido, Cebrián considera que los principales enemigos de la libertad de prensa en los países democráticos "son los gobiernos" y considera una "burla que quieran decir lo que es verdad y lo que es mentira". No obstante, sí cree que hay que luchar contra las fake news y defiende que ya hay herramientas para ello.

El periodista ve la esperanza "en la gente"

Sobre la situación de los medios tradicionales, recuerda que estos forman parte del sistema desde la revolución industrial y cree que están en crisis desde la llegada de las nuevas tecnologías y las redes sociales. "La crisis económica y el desconcierto generado hace que todavía no veamos el camino", añade.

"Veo la esperanza en la gente. Es admirable las respuesta que ha dado la sociedad civil", cuenta Cebrián, quien considera "lamentable" las respuestas de las administraciones públicas aunque comprende el "desconcierto". 

Por último, afirmaba que con su libro le apetecía "escribir un panfleto" y demostrar que la literatura panfletaria "no es necesariamente populista"