El principio del fin

La vacuna ya está aquí, y genera un agradable efecto óptico que te hace pensar en el principio del fin de la pandemia. Pero, ¿qué es el principio del fin de algo horroroso? Digamos que es una forma de esperanza. Es el fin a lo lejos, un fin que no se ve a simple vista, pero que si cierras los ojos, y piensas con todas tus fuerzas, te imaginas perfectamente. Hay una clase de principios, que solo por el hecho de serlo, te hacen creer en un final feliz. Se puede decir que el fin de la pandemia es algo que está cerca, pero no tan cerca que con estirar un brazo baste. El principio del fin es una forma de casi, de aún, de pronto, una esperanza que nos va a hacer más soportables los meses que vienen, pero que en absoluto significa el ansiado feliz final. La felicidad tiene sus trámites. Primero te lleva de ventanilla en ventanilla. Tal vez es un buen momento para recordar a aquel personaje de Un lugar en el sol, interpretado por Montgomery Clift, que exclamaba "¡Quiero volar! ¡Quiero tocar el sol!", y su mujer, enfriando sus ansias, le respondía: "Sí, pero primero cómete los huevos fritos".