
Un malentendido que pudo acabar mal
Tal día como hoy en 1983, Stephen Waldorf y Susan Stephens se vieron rodeados por la policía en Londres, sin motivo aparente. Stephen recibió varios golpes porque lo confundieron con alguien a quien Susan conocía: el delincuente David Martin
El 14 de enero de 1983, un mini con tres personas dentro se encontraba parado en medio de un atasco en Londres. Delante, de copiloto, iba Stephen Waldorf, un chico de 26 años. Detrás iba una chica llamada Susan Stephens. De golpe, se vieron rodeados por policías. Antes de saber por qué les estaban gritando, Stephen recibió diversos disparos de dos policías. Cuando estaba medio inconsciente, uno de los policías le puso una pistola en la frente y le dijo algo en plan “hasta la vista, hijo de p***”. Y disparó. La suerte quiso que justamente en ese momento, se le hubieran acabado las balas. El policía le dio varios culatazos a Waldorf, hasta que este perdió la consciencia.
¿Qué había hecho Waldorf para merecer esto? Pues él probablemente se estaba preguntando eso mismo, porque no había hecho absolutamente nada. La explicación, que no justificación, a los disparos policiales la tenía Susan Stephens. Resulta que ella era amiga o posiblemente novia de un tal David Martin, un delincuente que la policía llevaba días buscando con mucha rabia acumulada, porque David tenía pendiente un juicio por dejar muy mal herido a un policía. Los policías llevaban días siguiendo a Susan, y cuando la vieron en el coche, creyeron que Stephen era en realidad David.
Viendo fotos de los dos, no se puede decir que se parecieran en nada. Por suerte para Stephen, los policías no consiguieron matarlo, y pudo vivir para llevarlos a juicio y que le indemnizaran por lo malherido que lo habían dejado. Eso sí, ninguno de los policías perdió su empleo.
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