Que hablen claro

Perdónenme por empezar citando a Churchill: "No tengo más que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas", le dijo a los británicos cuando se convirtió en primer ministro en la segunda guerra mundial. Lo habían dicho otros antes, pero él se llevó la cita para la eternidad.

Salvando todas las distancias, necesitamos políticos que nos hablen así, claro, en plata. Somos mayores de edad y ya sabemos que nos toca vivir un salvaje comienzo de siglo XXI. ¿Dónde están los líderes que nos digan que no tienen más para ofrecernos que lo que van aprendiendo sobre la marcha, a tropezones, de un virus que desconcierta en cada ola y que exige unidad de acción política y mucha paciencia y disciplina social? ¿Donde están los líderes que rindan cuentas con claridad, con cifras y logística, sobre cuántas vacunas ponen y por qué?

Este el reto más difícil al que nos enfrentamos, como no debería serlo un reto la nevada del siglo a estas alturas. Nevó muchísimo, sí. Pero hace seis días ya. Que Madrid sea todavía una ciudad impracticable para millones de personas es incapacidad de gestión. Pura y simple. Esto no hace falta que nos lo expliquen. Lo entendemos perfectamente.