
La maravilla del Mausoleo de Halicarnaso
En 1404 un terremoto acabaría con este fastuoso sepulcro. Poco después el Mausoleo de Halicarnaso se usaría como base para el castillo de San Pedro habitado por los caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, que por entonces estaban asentados en la isla de Rodas y zonas aledañas, en la costa oeste de la actual Turquía, en el mar Egeo, y que ahora se llama Bodrún. Finalmente, del mausoleo solo quedó el recuerdo y unos cuantos objetos, columnas y estatuas que se conservan tanto en Bodrún como en el Museo Británico
El objetivo del Mausoleo de Halicarnaso (por cierto, la ciudad donde nació el historiador Heródoto) era dar cobijo a los restos mortales de Mausolo, un sátrapa del Imperio Persa. El término mausoleo se lo debemos a esta magnífica obra de la arquitectura antigua. Un sepulcro hecho íntegramente de mármol blanco, formado por más de 117 columnas que sostenían su impresionante techo y sus tres plantas de altura. Según los historiadores, la vida de Mausolo no tiene nada destacable durante los 24 años que gobernó a sus anchas en la zona de Caria, exceptuando algunas rebeliones que sofocó y la construcción de su palacio real y su tumba. El proyecto fue terminado por Artemisia II de Caria, su sucesora que además era su esposa y hermana. La construcción pudo haber comenzado durante el reinado de Mausolo y terminarse alrededor de 350 a.C., tres años después de la muerte de Mausolo.
La magnificencia de esta obra hizo que el poeta Antípatro de Sidón la incluyera en su catálogo de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Los mejores arquitectos, escultores y artistas de la época fueron los responsables de su creación. Y no se reparó en gastos ni impuestos. Una auténtica obra de arte encargada a los arquitectos Piteos y Sátiros. Sin embargo, fueron artistas como Leocares, Escopas, Briaxis y Timoteo los que hicieron la decoración, con una ardua labor pues el mausoleo estaba compuesto por más de 400 estatuas y una altura de más de 45 metros. Esculturas de caballos, personajes mitológicos como las Amazonas y hombres representados de forma realista. Es destacable que siendo artistas griegos los dioses griegos no formasen parte de estas escenas. No olvidemos que, aunque les gustaba lo helenístico, la región de Caria era vasalla de los persas. En la cúspide del mausoleo, en forma de pirámide escalonada, estaba la escultura de una cuadriga con Mausolo y su esposa en tamaño colosal (en la actualidad restos de esta escultura se encuentran en el Museo Británico).
En 1420 -y más tarde en 1522- los caballeros de la Orden de San Juan, con los restos que quedaban del mausoleo y que encontraron tras el terremoto del año 1404, reconstruyeron el castillo de San Pedro de Halicarnaso. Es curioso que los hospitalarios aprovecharan también los restos de otra maravilla como fue el Coloso de Rodas, una gran estatua de bronce del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas en el año 292 a.C. y destruido por un terremoto en 226 a.C. Todo es reutilizable.
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