
Juan Pérez Floristán, pianista consagrado a los 27 años: "Tengo la gran suerte de vivir de lo que me apasiona"
Hablamos con este joven pianista sevillano, que actúa los días 21 y 22 de enero en el Teatro de la Maestranza de Sevilla
Hace tanto tiempo que hablamos de la cultura como el vagón de cola de muchas cosas, que ya casi hemos perdido la cuenta. Y, durante estos meses de pandemia, las restricciones y los cierres no han hecho otra cosa que aumentar esa sensación. Sin embargo, la cultura resiste, con muchas bajas por el camino, pero sigue ahí, gracias a algunas personas que continúan al pie del cañón a pesar de todos los daños sufridos.
Una de esas personas es Juan Pérez Floristán, un pianista que, con sólo 27 años, se encuentra entre los grandes nombres del país en su instrumentos. Este fin de semana interpretará el concierto de Ravel junto a la Real Orquesta Sinfónica de la Sevilla en el Teatro de la Maestranza. De madre profesora de piano y padre profesor de orquesta, Juan toca desde los siete años y ahora, además, difunde sus conocimientos y sus historias a través del canal de Youtube ‘Tócala otra vez, Juan’.
Juan compagina su actividad en los escenarios con otros proyectos, como el que llevó a cabo junto al mítico compositor de bandas sonoras Alberto Iglesias, al que echó una mano en la música de películas como ‘La Noche en tus Manos’ o ‘Instantánea’. Precisamente el cine es su “otra pasión”. Antes de la pandemia comenzó a estudiar dirección, y ahora está recibiendo clases de arte dramático.
La vida profesional de Juan dio un giro radical en el año 2015, cuando ganó el concurso internacional de piano de Santander, que lleva el nombre de la pianista O’Shea. Aquel día, Juan lo guarda como “uno de los recuerdos más bonitos e intensos de su vida”. La recompensa al trabajo dedicado a una pasión a la que nunca dudó en entregar su vida. Especialmente cuando se dio cuenta de que “se le daba bien y tenía la inmensa suerte de poder ganarse la vida con ello”.
Juan asegura que no tiene “placeres culpables”. Escucha todo tipo de música, es “muy curioso” y “todo le sirve como fuente de inspiración". Desde la música clásica hasta el rapero Kendrick Lamar, pasando por King Crimson. Ese amor a la cultura es el que le hace sufrir ante su situación actual. Aunque señala que “no quiere caer en el victimismo”, opina que el problema reside en “una maraña cultural y sistémica que juega en contra de todos los ciudadanos”.
