
Margarit, nunca sin el dolor
Dominaba el lenguaje de tal manera que no había absolutamente ningún asunto, primero, que le fuese ajeno, y segundo, que no pudiese explorar sin magisterio
Las cartas de amor pueden ser la última literatura de los poetas más grandes porque son los que no se dejan vencer por el pudor. Y no te dejas vencer por el pudor porque dominas el lenguaje de tal manera que no hay absolutamente ningún asunto, primero, que te sea ajeno, y segundo, que no puedas explorar sin magisterio. Hace un año dejó varias lecciones de vida en una entrevista en El País Semanal. Una de ellas es que aquí estamos para vivir, reproducirnos y no molestar, como cualquier especie animal. Y que a los jóvenes se les suele ver en el brillo de los ojos al hablar cuando no han experimentado la pérdida. Esto, el sufrimiento, tiene que ver con estos versos del poeta muerto:
"Se pagan caros los intentos de destruir el dolor,
porque también está el amor ahí.
La inteligencia es salvarlo todo.
Que nuestros ojos vigilantes luzcan
con esa espléndida
inutilidad. Nunca, sin el dolor,
podríamos haber amado así"
