
No todo vale
Cuando la confrontación con tu propio gobierno llega a ese extremo, no valen salidas por la tangente del tipo "es normal, hay que acostumbrarse en España a tener un gobierno de coalición". El daño alcanza a los dos y a la estabilidad del país puesto que, hoy por hoy, este gobierno no tiene alternativa
Nadie puede sorprenderse de que en un gobierno de coalición haya visiones diferentes sobre múltiples asuntos. Gobiernos de coalición con partidos más distantes ideológicamente que los que integran el de España ahora han sido capaces de entenderse. La gran coalición alemana sin ir más lejos. Y muchos otros. Pero lo que estamos viendo úlltiamente en el Ejecutivo español no son discrepancias lógicas, sino confrontación pública y notaria, incluidas maniobras parlamentarias para tumbar una ley del socio como ocurrió ayer con la Ley Zerolo de Igualdad de Trato que presenta la parte socialista y que intentó tumbar Podemos. Ni siquiera los socios de investidura más próximos a los morados, Esquerra, Más País o Bildu, los secundaron.
Cuando la confrontación dentro de un Gobierno llega a ese extremo, no valen salidas por la tangente del tipo "es normal, hay que acostumbrarse no tenemos hábito en España de tener un gobierno de coalición". El daño alcanza a los dos y a la estabilidad del país porque, hoy por hoy, este Gobierno no tiene alternativa. Esa evidencia, la de que no hay alternativa, no puede ser una coartada para que valga todo, incluido que la verdadera oposición al gobierno se la haga el propio ejecutivo. Daña su credibilidad, y distrae de la tarea esencial en este momento que es afrontar la pandemia, la campaña de vacunación y salvar y reorientar la economía.
