Emilio Morenatti: "El premio de mi trabajo es que alguien se detenga con una foto y reflexione"

Madrid

La mirada de Emilio Morenatti abarca vidas enteras. Muchas de las cuales, cuando el mundo se paró hace poco más de un año, siguieron siendo explicadas desde el marco de su certero teleobjetivo: en primer plano. Sin concesiones. Pero también desde la esperanza.  Reconoce que intenta "escaquearse" de las fotos y confiesa que "no es una persona que cuelgue sus fotos en casa" y que le cuesta ver los álbumes de fotos que tiene. "Realmente me apasiona cuando las hago. Una vez que las tengo y las he editado, hay un momento de vida que me gusta controlar", explica. 

Para él, la palabra "reflexión" es lo que se busca detrás de cada foto. "Pido que se reflexione durante un rato, no durante horas, no que la pasen como un libro. El objetivo de mis imágenes es que detengan a una persona y reflexione. Para mí eso es el premio de mi trabajo", indica el fotógrafo.

Ahora, señala que se emociona más que cuando estaba en Gaza y confiesa que se le han derramado lágrimas al hacer fotografías como con la que ha ganado el Premio Pulitzer. Detrás de él, mientras hacía la foto, afirma que "estaban todos llorando", y él, también. "Cuando llegué a casa y estaba editando las fotos, apareció mi mujer, la miré y tenía una lágrima y dije: ya está". 

"Al principio era un bloqueo informativo muy bestia"

Lo que diferencia la experiencia de la pandemia con haber fotografiado en Gaza, explica Emilio que no se ha movido del radio de su casa y encontró en su círculo la manera de contar la pandemia y sus efectos de una manera muy particular. 

"No, no se ha contado bien. Al principio era un bloqueo informativo muy bestia. Yo pedía permiso para entrar en todos los sitios y no nos dejaban. Fue esa negativa la que hizo que yo funcionara de manera independiente y buscara narrar otros lugares donde fuera más sencillo", apunta sobre la falta de acceso a información de la pandemia del coronavirus. 

Según percibía Morenatti, la prioridad era salvar a la gente y dejaron de lado la información. "La sociedad estaba siendo infantilizada. No quiero ser mal pensado de que lo hacían aposta", aclara. 

"Hay maneras de contar un drama para que lo vea todo el público

En cuanto a la censura, indica que a la hora de hacer la fotografía se auntocensura, aunque reconoce que busca la manera más inteligente de fotografiar para que la imagen "la vea el mayor número de personas". "Hay maneras de contar un drama para que lo vea todo el público. Mis hijos pueden ver la foto Pulltzer, y es un drama", añade. 

Morenatti se ha vuelto a reencontrar con los dos protagonistas de una de sus fotos más icónicas, Pascual y Agustina, en un encuentro que califica de "entrañable", t en el que les regaló la foto impresa.