La científica que inventó una pintura contra las plagas: "Muchos países no son pobres, están empobrecidos"

Madrid

A finales de los años 90 un médico de Bolivia se puso con ella para decirle: “Doctora, mi pueblo se muere. El 85% de la población está enferma de Chagas”. Ella acababa de inventar una pintura que liberaba pequeñas dosis de insecticida que los insectos absorbían al posarse en paredes y techos. Así que a Bolivia se fue con su invento. Pero al llegar se encontró con un problema importante: las casas allí no tenían paredes. Y, ¿cómo pintar en una casa sin paredes?

Ha venido a asomarse a la Ventana Pilar Mateo, figura en el ranking de las cien primeras científicas a nivel mundial, doctora en Ciencias Químicas por la Facultad de Química de la Universidad de Valencia y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Lleva media vida desarrollando productos de alta tecnología basados en una técnica de microencapsulación que ella misma inventó.

Cuenta que algún periodista ha dicho sobre ella “se fue como científica y volvió como indígena”. Partió “con esa idea de que en el hemisferio norte somos capaces de inventar cosas y vamos a llegar al hemisferio sur y lo vamos a solucionar todo”. Sin embargo, existen enfermedades que se encuentran ligadas intrínsecamente a la pobreza.

La técnica que salvó vidas

Utilizó una planta con mucha resina, la tuna, a la que dejaba macerar durante 24 horas y la mezclaba con heces de animales y barro. Usaba esta mezcla para construir casas y así evitar que los bichos infectaran a sus habitantes. Lo que nunca imaginó es que lo que más le iba a costar era convencer “de la ciencia que se acerca a la realidad por la pobreza”, ya que muchos no creían en su método. No obstante, para ella, era igual de importante la tecnología que “la educación en higiene y salud”.

Desigualdades en el mundo 

La malaria se erradicó en España en el año 1964. Aun así, un millón de personas pierde la vida por esta enfermedad en el Planeta. Existe una gran diferencia entre los países pobres y los ricos en cuanto a tratar con las epidemias y lo ha evidenciado la crisis del Coronavirus. La científica considera que la carrera por las vacunas en ciertos países tiene poco sentido, porque la única solución para terminar con el virus debe ser global, ya que todo “de alguna forma u otra nos va a afectar”.

El problema es cuando se abordan las pandemias desde el punto de vista clínico y no social. Olvidar este matiz, terminará haciendo que “se cree una burbuja de ricos que solo viajarán entre ellos”. Muchos países “no son pobres, si no que están empobrecidos”. En su suelo están almacenados una gran cantidad de materiales que empresas extranjeras están explotando.