El principio del fin de ETA

Logroño

Tal día como hoy hace 25 años España entera era víctima de un chantaje, un macabro chantaje. 24 horas antes ETA había secuestrado al concejal del partido popular en el ayuntamiento de Ermua Miguel Ángel Blanco y amenazaba con asesinarlo mañana día 12 a las 5 de la tarde si el gobierno no accedía a acercar a las cárceles vascas a todos los presos de la banda terrorista.

Todos teníamos claras dos cosas. Que el gobierno no accedería a unas demandas inasumibles, y que a ETA, por terrible que pareciera, le sobraba crueldad para cumplir su amenaza.

Fueron días de movilizaciones espontaneas, de basta ya, de llamamientos de liberación, de manos blancas... nada de eso sirvió para que ETA no cumpliera su amenaza y que a la hora y el día señalara disparara a la cabeza del joven concejal, que moría unas horas más tarde en el hospital.

Ese fue el principio del fin de eta. Ese fue el hecho que movió un resorte en la sociedad española y que hizo que pasáramos del miedo, a la beligerancia contra la sinrazón.

Hubo más años de terrorismo, hubo más víctimas, el debate político no estuvo a la altura porque el terrorismo siguió utilizándose como arma arrojadiza, pero la sociedad cambió y ya nada fue igual.

Aquello fue un clamor una repulsa masiva que se trasladó a la calle para gritar basta ya. En Logroño fueron cerca de 60 mil personas las que participaron en esa movilización sin precedentes. Al término se dio lectura a un manifiesto que fue elaborado por la asociación de la prensa de La Rioja. Su presidente entonces, Luis Sáez lo recuerda “como una enorme responsabilidad”.

Pedro Sanz era entonces presidente del Gobierno y del Partido Popular de La Rioja y recuerda “con tristeza lo que en su día fue ponerse en la piel de los padres de Miguel Ángel.

El partido socialista celebraba ese fatidico fin de semana su congreso regional. Victoria de Pablo estaba en la ejecutiva del partico y recuerda “como la respuesta social le llevo a pensar que aquel era el principio del fin de ETA”.

Y alguien que comenzaba en política. También era joven, también era del Partido Popular. El presidente de Nuevas Generaciones, José Musitu, hijo de un guardia civil, de un TEDAX, estaba familiarizado con la amenazada terrorista, “aunque eso no evitó la enorme conmoción”.

25 años después, con una generación, que no vivió aquello o que era muy pequeña cuando ocurrió, estamos en la obligación de recordarlo. Y debemos hacerlo en memoria de Miguel Ángel y de todas y cada una de las víctimas y en reconocimiento de una sociedad que dijo basta y que empezó a escribir el principio del fin de una lacra que sacudió al país durante décadas.