"Nadie ha llamado a mi puerta para pedir perdón"

Son protagonistas del drama, del dolor de la violencia y la sinrazón asesina de los terroristas. Con motivo del III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, los compañeros de Radio Euskadi y del programa 'Hoy por Hoy' recogen su reflexión sobre el hipotético fin de ETA, el proceso de paz, la actitud de los partidos políticos y la posibilidad de conceder el perdón. Un perdón que ninguno de ellos aún ha recibido.

ETA asesinó a su marido, comandante de caballería, hace 26 años. Desde entonces, Ana María Vidal Abarca, está en la primera línea del movimiento asociativo de las víctimas del terrorismo. Se muestra "radicalmente en contra de la negociación con unos asesinos" que le arrebataron a tiros a su marido, cuando aún era un joven militar con cuatro hijas.

Vidal Abarca se muestra muy escéptica con la cercanía del final del terrorismo. "A los etarras no les conviene ni interesa la paz, porque nos han puesto bombas, montones de bombas". Por ello, y por los más de 800 asesinados, la ex presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo es contundente al negar el perdón a los terroristas. "Yo no he visto a ningún terrorista que haya perdido perdón, ¡nunca!. No han dado la posibilidad a esa familia a la que llevaron la tragedia de practicar la generosidad de perdonar".

A la puerta de Cristina Sagarzazu tampoco ha tocado ningún etarra para pedir perdón por haber asesinado a su marido, el hertziana Montxo Doral en marzo de 1996. "No me hará ninguna gracia cuando salgan los que mataron a Montxo" pero según Sagarzazu "no puedo pedirle a la sociedad que piense lo mismo que yo y que les impida salir".

Ante la posibilidad de un inicio de conversaciones, Sagarzazu es contundente y clara. "Yo creo que es obligación de los políticos del Gobierno, incluso de la oposición, hablar con ellos". ¿Y negociar? "Para ello hay que ser dos, y yo no sé si ellos (los etarras) están dispuestos a dar a cambio de que les den". Esta posición choca con la defendida por algunas asociaciones de víctimas. Sin citar a ninguna, dice que algunas "están actuando un poquillo en el mundo de la política" algo que para Cristina no deberían hacer "porque es como si el paciente quisiera decir cuál tiene que ser su propio tratamiento".

"Una enseñanza pedagógica de lo sufrido"

Cristina Cuesta es la voz de COVITE. La banda terrorista le mató a su padre, delegado de Telefónica en San Sebastián, justo el día que celebraba su 20 cumpleaños. "¿Cómo no va a haber división entre las propias asociaciones, que somos aprendices? Nos han hecho víctimas de la noche a la mañana", señala Cuesta, que creó este colectivo en 1998. Además, "los principales partidos están a la gresca, desgraciadamente, en la actualidad, ¿no?".

Con respecto a la actitud de perdón, Cristina no pide ni la ley del Talión, "ni que se flagelen en las plazas públicas, pero sí que reconozcan que han causado un daño irreversible". Las víctimas demuestran, una vez más, que del horror de la violencia se puede extraer incluso "una enseñanza pedagógica de lo sufrido". "Hay que tener una perspectiva de inteligencia de futuro para que no se vuelva a reproducir", dice esta mujer que sigue trabajando por la memoria, dignidad y justicia de todas las víctimas de la barbarie.

A su puerta tampoco ha llamado todavía ningún de los que el 23 de enero de 1995 asesinaron de un tiro en la nuca a su marido. "¿Cómo voy a perdonar si nadie me ha pedido perdón? Es que no sé a quién tengo que perdonar", señala Iribar.

"Que los políticos piensen en los que ya no están"

Otra viuda de político asesinado es Natividad Rodríguez. Su marido, el parlamentario vasco Fernando Buesa, fue asesinado junto a su escolta Jorge Diaz, pocos días antes de la elecciones general. Rodríguez asegura que ella ya está en un escenario de futuro. "No me planteo que ETA pueda volver a matar. Sólo pienso ya en cómo se va a hacer la paz, la convivencia, qué se va a explicar a los niños en las escuelas". Y añade, "aunque tengo la certeza de que ETA ha exteriorizado que no tiene nada que hacer, a mí me preocupa el cómo se va a terminar esto".

En cuanto a la actitud de los partidos políticos, enfrascados ahora en la crispación y el enfrentamiento, también en esta cuestión, Natividad les lanza un mensaje. "Que hagan un esfuerzo, que piensen un poquito menos en política y un poquito más en las personas, sobre todo, en las que ya no están".

"La normalidad hay que construirla"

La suerte hizo que Eduardo Madina no esté en la lista de asesinados por ETA, aunque esa era la intención de la banda cuando colocó una bomba lapa en los bajos de su vehículo el 19 de febrero de 2002. Madina, actual diputado, cree que "cuando la violencia desaparezca seremos sencillamente un país normal. Y habrá que hacerlo normal, porque después de 40 años de violencia, la normalidad hay que construirla".

Y para ello, "la palabra es un instrumento útil en la resolución de un conflicto terrorista como el que se está viviendo. Y espero que llegue pronto el momento en que ésta empiece a utilizarse". Como hoy, en el III Congreso Internacional de Víctimas de Terrorismo, donde la palabra vuelve a ser el única arma con la que las víctimas se enfrentan a los verdugos.