Honores militares y reivindicación del golpe del 73 en los funerales de Pinochet

La misa fúnebre celebrada en el Patio Alpatacal de la Escuela Militar de Santiago de Chile en memoria de Augusto Pinochet, fallecido el pasado domingo, finalizó con aplausos para el ex dictador. Al funeral asistió la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, quien, vestida de blanco, fue recibida con abucheos por los casi 4.000 asistentes a la ceremonia.

Blanlot, única representante del Gobierno presente en la ceremonia, fue recibida a su entrada al patio con insultos y gritos de "que se vaya, que se vaya" por seguidores de Pinochet. Los gritos se hicieron extensivos a la presidenta Michelle Bachelet, que descartó honores de Estado para el ex dictador fallecido el pasado domingo, por tratarse de un gobernante de facto, que no llegó al poder por medios legítimos.

Cuando la ministra se dirigía a tomar asiento, los hijos de Pinochet se acercaron al féretro de su padre e instalaron una banda presidencial sobre el uniforme militar de gala y la bandera chilena, en un gesto reivindicativo del cargo que ostentó Pinochet en su dictadura.

Discursos de los familiares

El obispo castrense, Juan Barros, quien ofició la misa, invitó a los asistentes, que levantaban pañuelos blancos, a quedarse en el lugar, a la espera de los discursos.

Lo que no esperaba la ministra fue el duro discurso del nieto del ex dictador, el capitán de Ejército Augusto Pinochet Molina, contra quien espera que el Ejércite tome medidas. En su discurso, el nieto de Pinochet alabó a su abuelo por haber derrotado "el modelo marxista no mediante el voto, sino más bien, derechamente, por el medio armado".

"Como ministra de Defensa tengo que decir que no es aceptable que un oficial en servicio activo pronuncie un discurso público de carácter político y además denoste a poderes del Estado", dijo Blanlot a los periodistas. "Por lo tanto, condeno esta actitud y espero que el Ejército tome las medidas que corresponde en estos casos", subrayó.

Tras la ceremonia religiosa, la nieta mayor del dictador, María José Martínez, agradeció a su abuelo "por no dejar que nos consumiera el odio" y dijo que llevar el apellido Pinochet "será siempre nuestro mayor orgullo". En su discurso tras la misa fúnebre del ex general golpista, la joven recordó sus "ojos claros y esa sonrisa que llenaba todos los espacios".

La hija mayor de Pinochet, Lucía, criticó la visión que la prensa internacional ha tenido de su padre, a quien, según dijo, "han calificado de la peor manera como se puede calificar a un ser humano". Y le alabó por haber encendido la "llama de la libertad un día de septiembre de 1973 en Chile para siempre", en alusión al cruento golpe de Estado de su padre.

El ataúd con los restos del dictador Augusto Pinochet fue sacado de la Escuela Militar de Santiago en un helicóptero Puma del Ejército a la localidad costera de Concón, a 140 kilómetros de Santiago, donde el cadáver será incinerado.

Varios centenares de personas se manifestaron hoy también en el monumento al presidente Salvador Allende en homenaje a las víctimas de la dictadura de Pinochet. "Asesino, asesino", gritaron los asistentes en alusión al ex dictador, fallecido el pasado domingo por problemas cardíacos. En el acto, organizado por agrupaciones de derechos humanos y el Partido Comunista, estaban presentes Carmen Allende, una de las hijas del fallecido gobernante socialista, además de dirigentes políticos, representantes sindicales, estudiantiles y artistas.