El entramado inmobiliario de Roca se extendía hasta Baleares
El presunto 'cerebro' de la corrupción urbanística en Marbella tenía una finca en Ibiza
El entramado inmobiliario de Juan Antonio Roca, detenido en la Operación Malaya como presunto cerebro de la trama de corrupción urbanística en Marbella, se extendía hasta Baleares, según se indica en una diligencia del juez instructor incluida en la última parte del sumario sobre la que se ha levantado el secreto.
El magistrado Miguel Ángel Torres advirtió por carta al registro de la propiedad de Ibiza de la existencia de unas fincas que, a pesar de estar inscritas a nombre de la empresa 'Inversora Inmobiliaria Eridano', pertenecerían en realidad al ex asesor de Urbanismo detenido el 29 de marzo de 2006.
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Por esta razón, el juez dictó la prohibición de disponer de dichos bienes al entender que existían "indicios racionales" de que el verdadero titular era Juan Antonio Roca, "aunque constasen inscritos a nombre de otras personas", señala en la diligencia.
De este modo, la entidad inmobiliaria ibicenca no sería más que otras de las sociedades interpuestas por el cerebro de la trama de corrupción como testaferro para adquirir nuevas fincas e incrementar con ellas su vasto patrimonio.
Aunque en sus declaraciones ante Miguel Ángel Torres Roca sólo admitió tener en propiedad dos pisos en Marbella, las anotaciones manuscritas y documentos intervenidos por la Policía desvelaron que el detenido poseía hasta trece inmuebles de lujo valorados en centenares de millones de euros en Marbella, Málaga, Madrid, Murcia, Cádiz y Huelva.
El 'cerebro' de la trama de corrupción marbellí
Juan Antonio Roca, que actualmente permanece ingresado en el Centro Penitenciario de Albolote (Granada), está acusado de los presuntos delitos de blanqueo de capitales, defraudación a la hacienda pública, cohecho, tráfico de influencias y alteración de precios en concursos y subastas públicas.
Junto a él, permanecen en prisión preventiva por el "Caso Malaya" el ex de Marbella Julián Muñoz y los abogados Juan Germán Hoffmann y Manuel Sánchez Zubizarreta.
