Desescombrar las 35.000 viviendas derribadas en Perú llevará dos semanas

El Gobierno de Perú ha elevado a 513 la cifra de muertos por el terremoto de ocho grados en una escala decimal que golpeó la costa peruana el 15 de agosto. Además, el número de viviendas destruidas es de 35.568. El país comienza a enterrar a sus muertos en plena labor de desescombro, que durará dos semanas, y debate ya cómo deben reconstruirse los barrios destruidos.

Perú comienza a levantar lentamente la cabeza. Ahora se trabaja en arduas labores de reconstrucción. La tierra tembló de nuevo ayer y la gente salió a la calle en un acto mecánico que se repite desde el 15 de agosto.

Ica recupera cierta normalidad, abren los mercados y ya ha llegado el agua. En Pisco, sin embargo, el 98% de sus edificios se vinieron abajo o debieron ser derruidos, lo que hace difícil la vuelta a la normalidad. Hasta 8.000 damnificados han encontrado empleo en labores de reconstrucción.

Los heridos suman 1.042. Hay más de 4.000 familias afectadas y unas 200.000 personas damnificadas.

Después de seis días y seis noches que muchos pisqueños han pasado a la intemperie o en carpas, las principales dolencias son "neumonitis por aspiración de polvo e infecciones del aparato respiratorio, intestinales y dermatológicas", señaló el doctor.

Pisco, arrasado

El resto del centro urbano de Pisco también ha sido casi desalojado, pues no reúne condiciones de habitabilidad, ya que está destruido casi en su totalidad, cubierto de polvo y sin agua y luz.

Los que no se han trasladado a los trece albergues instalados en Pisco y sus alrededores por Defensa Civil, se marchan en transportes privados y autobuses, y algunos aprovechan los vuelos militares que salen del aeropuerto de Pisco con destino a Lima.

El presidente de Perú, Alan García, afirmó que el terremoto sólo "costará" 0,3 puntos porcentuales a las proyecciones de crecimiento del país, estimadas en ocho por ciento para 2007.

Sobre la tarea de reconstrucción en el departamento de Ica, García aseguró que se encargará personalmente de las obras en la parte histórica de la ciudad de Pisco, para que se convierta en "uno de los lugares más bellos del país y en un foco turístico de importancia".