Economía y negocios

Aumenta la presión para que G7 adopte una acción coordinada contra la crisis

EEUU niega la posibilidad de que de esta reunión salga el anuncio de un plan global. El Grupo de los Siete tratará sentar las bases para la acción coordinada

Los miembros del G7 se preparan para su en Washington, en medio de una crisis financiera global sin precedentes y de crecientes llamamientos para que los miembros del poderoso grupo mejoren su trabajo "en equipo".

"Espero que la reunión del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia) apunte hacia una acción coordinada", dijo en rueda de prensa el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick.

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El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, respaldó también en un comunicado emitido el miércoles la adopción de medidas coordinadas adicionales, tras el recorte concertado de los tipos de interés decretado ayer por los principales bancos centrales del mundo.

Strauss-Kahn recalcó esa idea en una rueda de prensa previa a la asamblea anual del FMI y el BM de este fin de semana en la capital estadounidense, aunque insistió en que la cooperación debe de ir más allá del G7.

Incluir a otros países

"En lo que quiero insistir es en que, aunque las discusiones del G7 son muy importantes, necesitamos ir más allá del G7", afirmó el directivo del FMI, quien pidió ampliar el grupo para incluir a otros actores que son ya muy importantes en la economía mundial.

Distintas propuestas sobre la mesa abogan por la inclusión de países como China, Brasil, Rusia y Sudáfrica en un G7 ampliado.

Estados Unidos, el país anfitrión de la cumbre, ha insistido en su intención de estrechar la cooperación con sus socios del G7 y otros organismos más amplios como el G20, aunque ha minimizado la posibilidad de que el encuentro de mañana concluya con el anuncio de un plan global para capear la tormenta financiera.

"Cuando uno mira al G7 vemos países muy distintos, economías de tamaños diferentes, sistemas financieros con necesidades dispares, o sea que no tendría sentido tener políticas idénticas", afirmó este miércoles en rueda de prensa el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson.

En similares términos se expresó el subsecretario del Tesoro estadounidense, David McCormick, quien adelantó esta semana que Washington no respaldará una "solución aplicable a todos", sino unas pautas globales sobre cómo responder a la crisis.

Aun así, la presión para que el Grupo de los Siete tome una acción decidida ha aumentado ante el persistente nerviosismo de los mercados internacionales, que reaccionaron con bajas al reciente recorte de tipos y a la aprobación del multimillonario paquete de rescate por parte del Congreso estadounidense.

La mayoría de los mercados sigue en territorio negativo en medio de la invitación a la calma y la paciencia de los dirigentes mundiales, que insisten en que las medidas aprobadas tardarán algún tiempo en funcionar.

Acciones fiscales

En teoría, los ministros de Finanzas y gobernadores centrales del G7 podrían dar luz verde mañana a acciones fiscales coordinadas que permitieran el incremento del gasto gubernamental o los recortes de impuestos y que se sumarían a la reciente actuación en el frente monetario.

Los observadores señalan, de todos modos, que el consenso en temas fiscales es mucho más arduo que en política monetaria.

El ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty, puso de manifiesto el miércoles la disparidad de opiniones entre los socios del G7, al insistir en que Canadá no necesita un rescate y los bancos del país, a diferencia de los británicos, no precisan inyecciones de capital.

EEUU, que considera adquirir participaciones en sus bancos, según información divulgada hoy por el diario The New York Times, también discrepa con las propuestas de algunos de sus socios.

Así, Paulson se mostró contrario el miércoles a garantizar todos los préstamos interbancarios, una vía por la que ha apostado el primer ministro británico, Gordon Brown.

La diversidad de criterios no hace más que subrayar los escollos que afronta el G7 para diseñar una estrategia común contra la crisis de cara a su reunión.

A la espera de los resultados de la cumbre, la Casa Blanca anunció que el presidente de EEUU, George W. Bush, recibirá el sábado en la residencia oficial estadounidense a los representantes del G7 con quiénes hablará sobre cómo la crisis financiera afecta a sus respectivas economías.

 
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