
Las mujeres latinoamericanas, trabajadoras y explotadas
Un estudio revela que cuatro de cada diez trabaja más de 50 horas semanales

Antonia trabaja cuidando ancianos, se queja del dolor de espalda cuando carga a la anciana a la silla de ruedas / YM
Son las que mandan más de la mitad de las remesas a sus países pero las que peor lo pasan en sus trabajos donde muchas veces son explotadas. Sus jornadas laborales sobrepasan las 12 horas en algunos casos y tienen miedo denunciarlo por su situación irregular.
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La boliviana María Ester trabaja como interna desde que llegó de su país hace dos años. No tiene papeles y le falta un año para conseguirlos por arraigo. En su búsqueda de trabajo ha vivido situaciones extremas incluso con 500 euros al mes de salario por cuidar a un anciano. "La hija era la que me pagaba y me decía que debía agradecerle por dejarme vivir gratis en su casa", cuenta cabizbaja. Una amiga le recomendó dejar ese trabajo y posteriormente consiguió otro como cocinera y ahora gana 700, aunque sigue siendo un sueldo muy bajo que apenas le alcanza para sobrevivir, prefiere conservarlo por la crisis y hasta conseguir "sus papeles".
La precariedad laboral tiene como consecuencia el deterioro de la salud de estas mujeres. Cuatro de cada diez trabaja más de 50 horas semanales cuidado de personas dependientes y sin contrato. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio desarrollado por la Unidad de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con el Centro de Orientación Sociolaboral para Mujeres Inmigrantes (COSMI), donde se han entrevistado a 430 mujeres inmigrantes.
Pendientes de tres casas a la vez
El informe de 'Cadenas de cuidado global: impacto en la salud de las mujeres inmigrantes iberoamericanas residentes en la Comunidad de Madrid' ha revelado que casi el 100% de estas mujeres desempeñan triple tarea domésticas. Por un lado, los dependientes para los que trabajan; por otro, su propia familia en España; en tercer lugar, son cuidadoras de la familia que han dejado en sus países de origen, el 47% envían más de la mitad de su salario.
Luisa, de Ecuador, es un claro ejemplo. Se levanta a las cinco de la mañana a hacer la comida para sus hijos de 13 y 11 y a las 8.00 sale hacia su trabajo en un barrio residencial de Madrid donde limpia y cocina para otra familia. A las 20:00 retorna a su piso a hacer la cena para sus hijos y limpiar. El primer domingo del mes, después de su paga, va a un locutorio a enviar dinero a su madre que es la encargada de pagar su cuota del Banco en Quito. "Soy madre soltera, saqué un préstamo para venir y traer a mis hijos y aun lo estoy pagando. Después quiero comprarme una casa en mi país y entonces me retiraré", dice con una sonrisa tímida que deja entrever que le faltan algunos dientes.
El estudio también constata que los patrones básicos de salud han experimentado un cambio tras el proceso migratorio especialmente en el sueño y la actividad física. El 30,3% tiene menos de dos días libres a la semana y el 23,3% trabaja en más de un hogar. Es por ello que entre los problemas de salud más comunes en estas mujeres están los dolores de espalda, migraña, ansiedad y depresión.
Las mujeres que dormían más de nueve horas en su país representaban el 38%, pasando a ser el 5,1 al llegar aquí. Las que lo hacían entre seis y ocho horas sumaban el 58,4% pasando a ser el 88% desde que viven en España. Igualmente, el 54,4 % no realiza ejercicio físico y el 44,2% aduce razones de tiempo para no hacerlo por lo que aumentan de peso.
Las trabajadoras dedicadas al cuidado no profesional de personas dependientes experimentan en carne propia las alteraciones del sueño. La colombiana Blanca Soto cuida un anciano de 88 años y duerme solo un par de horas continuas. Constantemente tiene que despertarse ante los gritos de su paciente que la solicita cuando requiere que le lleven al baño o le muevan de lugar. "No sólo te desgasta físicamente también psicológicamente porque te va consumiendo la depresión", asegura esta trabajadora de 35 años que en su país era administrativa, antes de quedarse sin empleo.
El 50% trabaja de forma irregular en Cataluña
Si encontrar un trabajo teniendo papeles en sí ya es una tarea imposible para muchos inmigrantes, lo es aún más si no se tiene papeles. Según un estudio del Centre d`Informació per a Treballadores Extrangers (CITE) de CCOO, el 50% de las mujeres que trabajan en Cataluña están en situación irregular. Este estudio detalla que el 98% de las personas que trabajan en el servicio doméstico son mujeres extranjeras. Este estudio también recoge que el 28,5% de estas mujeres son bolivianas.
Raúl Jiménez, representante de la asociación ecuatoriana Rumiñahui, considera que la mayoría de estas mujeres en situación irregular son chantajeadas por sus empleadores y explotadas con sueldos. "El servicio doméstico ha sido desde pe principio la puerta de ingreso para conseguir los papeles y es de esto que se aprovechan sus patrones", denuncia.
Jiménez cree que es el gobierno quien tiene que tomar cartas en el asunto para frenar esta situación de explotación. "Queremos que se regule el trabajo de asistentes a personas dependientes. Hemos planteado que los 300.000 puestos de trabajo que se crearán con la Ley de Dependencia esté regulado y que se respeten los derechos de esos trabajadores" asegura.
