Economía y negocios

El FMI cree que la morosidad en España se situará por encima de la media europea

Además reduce su estimación de pérdidas bancarias hasta 2,3 billones de euros

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado su estimación de pérdidas para las instituciones financieras y bancos por la crisis en el periodo 2007/10 en 600 millones de dólares (412 millones de euros), hasta 3,4 billones de dólares (2,3 billones de euros), pero advirtió de que los riesgos sobre la estabilidad financiera global "siguen siendo elevados".

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que España se sitúe en el grupo de economías europeas en los que se registrará mayores tasa de créditos fallidos, por encima de la media europea, junto con Francia e Italia, debido a que estos países cuentan con una elevada tasa de préstamos con respecto a activos totales.

La institución, que presentó este miércoles el capítulo primero de su informe sobre estabilidad financiera global, destacó también que España ha practicado un sistema de provisiones "dinámico" que ha permitido a los bancos acumular "grandes provisiones" durante el periodo anterior a la crisis, con lo que constituye una excepción a la tónica general del sistema, que presenta una baja cobertura de provisiones ante la evidencia de que "los préstamos fallidos se incrementan a mayor ritmo que las reservas crediticias".

Reduce su estimación de pérdidas bancarias hasta 2,3 billones de euros

En el capítulo primero de su informe sobre la situación del sistema financiero ''Global Financial Stability'', la institución reconoce que la situación del mercado ha mejorado gracias a "las acciones políticas sin precedentes" y asume la existencia de síntomas de recuperación económica, pero precisa que persisten sobre la recuperación del sistema numerosos desafíos, como las derivadas del fortalecimiento de los capitales de los bancos y de sus ingresos y el retiro de las medidas de estímulo gubernamentales.

Según explica, las depreciaciones de activos por parte de las instituciones financieras han empezado a decaer, pero el deterioro del mercado crediticio "continuará llevando a mayores pérdidas crediticias durante los próximos años".

Además, el Fondo estima que aún quedan por reconocerse la mitad de las pérdidas por parte de los bancos, y cuantifica en 1,3 billones de dólares las pérdidas ya asumidas entre mediados de 2007 y 2009, y en 1,5 billones de dólares de actuales y futuras depreciaciones de activos hasta finales de 2010, aún por reconocer.

El documento señala que, si bien los bancos han mejorado de manera significativa su posición de capital y sus previsiones, aún no han logrado recuperar sus ingresos y compensar las depreciaciones de activos. "Los bancos tienen suficiente capital para sobrevivir, pero permanecen bajo la presión del apalancamiento", afirma la institución.

"Los ingresos serán menores en el entorno de post-crisis, por lo que se necesita una acción más sólida para impulsar el capital de los bancos y la capacidad de ingresos para dar soporte al préstamo", alerta el Fondo, que muestra sin tapujos su preocupación por el mercado crediticio.

Dificultades crediticias incluso ante una demanda "anímica"

El FMI constata que el crecimiento del crédito ha sufrido una continua contracción en las principales economías debido a la debilidad de la actividad, a las restricciones de la demanda de los hogares y a las limitaciones de la capacidad de los sectores bancarios y no bancarios.

"Sin embargo, las necesidades crediticias no se han desacelerado tan rápido, debido a los crecientes déficits del sector público", explicó el Fondo, que habla de una restricción de la disponibilidad de crédito y de la necesidad de apoyo por parte de los bancos centrales para aliviar estas tensiones.

"Los canales de crédito dañados pueden tener dificultades para atender una demanda incluso anémica del sector privado", advierte el Fondo. "Contemplamos una caída de la oferta de crédito bancario durante el resto de 2009 y entrado 2010 tanto en Estados Unidos como en Europa", precisó.

La institución mostró también su preocupación por los crecientes déficits fiscales de los países y de la transferencia de los riesgos del sector privado a los balances públicos. De hecho, recuerda que las estadísticas históricas a punta a que "la persistencia de un incremento de un punto en el déficit fiscal sobre el PIB lleva a un incremento de 10 a 60 puntos básicos en los tipos de interés a largo plazo", advirtió.

"El deterioro de las finanzas públicas podría comprometer la solvencia soberana. Los países deben mitigar este riesgo elaborando y comunicando planes de consolidación fiscal a medio plazo que tengan en cuenta las políticas de estabilización del sector financiero y los pasivos contingentes", aseveró.

El Fondo reitera en el informe sus recomendaciones sobre la necesidad de profundas reformas en el sector financiero para "poder respaldar la recuperación económica" y ensalza la capacidad de las pruebas de estrés oficiales sobre los bancos "para diagnosticar la condición de las entidades y elaborar estrategias adecuadas de recapitalización de las instituciones viables y de resolución cuidadosa de las instituciones no viables".

Sobre las estrategias de salida, el Fondo dice que es necesario proceder "con cuidado" al desmantelar el respaldo público proporcionado por los estímulos gubernamentales durante la crisis financiera "para evitar desencadenar una segunda crisis como consecuencia de un retiro prematuro o poner en peligro la credibilidad monetaria y fiscal como consecuencia de un retiro tardío".

La institución reconoce que "es demasiado pronto para retirar las políticas fiscales de apoyo pero habla de la necesidad de una estrategia planificada. "Sí, corresponde que las autoridades decidan y comuniquen cómo lo harán y en qué orden", explicó, reiterando que "fijar los tiempos es complicado".

 
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