Jordi Sevilla vaticina una crisis de Gobierno antes de junio

El ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla vaticina una crisis de Gobierno antes de que en junio finalice la presidencia española de la Unión Europea y asegura que "incluso" la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, ha admitido que "se va".

"Todos dicen que María Teresa se va, incluso ella misma; pero nunca se sabe, desde luego ha hecho una magnífica labor", defiende Sevilla en una entrevista en Vanity Fair, seis meses después de que abandonara su escaño de diputado socialista para pasarse a la empresa privada.

Sevilla se hace eco de los "rumores" que apuntan a que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cambiará el Ejecutivo de forma inminente. No obstante, matiza que cree que "cada vez la composición del Gobierno importa menos en la medida de que los presidentes acaparan todo el protagonismo".

Al ser preguntado por su opinión sobre la gestión económica, el ex ministro se muestra "muy indignado" con el planteamiento y los primeros resultados de la comisión anticrisis del Palacio de Zurbano, ya que no atiende la necesidad de alcanzar "un pacto de Estado de verdad" al quedarse en "el regate en corto y el predominio de la lógica partidista".

"Triunvirato imbatible"

En este sentido, Sevilla apuesta por un "triunvirato imbatible" compuesto por los ex ministros Pedro Solbes, Rodrigo Rato y Carlos Solchaga quienes, en su opinión, formarían el mejor gabinete de crisis para hacer frente a la situación económica.

Sevilla reconoce que el principal error de Zapatero fue "negarse a reconocer la crisis", lo que atribuye a que escuchara en su entorno "lo que quería oír" sobre la gravedad de la situación económica, y defiende que "no por retocar el IVA y el IRPF se corrige nada".

Asimismo, se refiere a la propuesta de retrasar la jubilación a los 67 años como un ejercicio "de cortedad de miras" porque, en su opinión, las pensiones no se pueden financiar con cargo a las cotizaciones sociales de los trabajadores. También califica de "error" que se transmita la sensación de que los sindicatos ejercen "un derecho de veto" en esta u otras medidas del Gobierno.