Va a seguir lloviendo, presidente

Vicente del Bosque le ha dado a Zapatero dos de las pocas alegrías que el presidente ha tenido en los últimos tiempos: el campeonato del mundo de futbol y la frase de ánimo que le dijo el otro día en El Larguero: "siempre que llueve, escampa". Lo malo para el presidente es que de momento va a seguir lloviendo y posiblemente chuzos de punta a lo largo de los dos días del debate sobre el estado de la nación. Así que a pesar de los cerca de 40 grados de estos días en Madrid, más le vale a Zapatero ir bien preparado para la tormenta.

Y es que el presidente llega a este debate en el momento más difícil de su carrera política: con la credibilidad muy dañada por la crisis, con las encuestas empinadas y con su futuro y el de su gobierno por decidir. Con todo, esto es probablemente lo de menos porque lo que nos debe Zapatero y, él lo sabe, es una explicación a todos los ciudadanos. Una explicación clara y convincente sobre las duras medidas que ha tenido que tomar en los últimos dos meses y sobre las reformas que nos quedan como la de las pensiones.

Zapatero está decidido a seguir adelante con todo el programa de ajuste y reformas que le ha impuesto la coyuntura económica y está dispuesto a quemarse personal y políticamente en el empeño. Cree que si los ciudadanos acaban asumiendo la necesidad de las medidas y si éstas empiezan a dar algún fruto antes de dos años, tendrá alguna posibilidad de remontar la situación; si no es así, será el final de su aventura.

Rajoy haría muy mal en volver a despreciarle como ha hecho tantas veces. A Zapatero le gustan las situaciones límites y los debates en los que sale como perdedor; hasta ahora los ha ganado todos. Por el contrario, Rajoy lo tiene todo a favor y en su partido no se pueden ni imaginar una nueva derrota frente a un presidente que consideran acabado.

El debate de hoy puede ser trascendental: si pese a todo, lo gana Zapatero, habrá partido; si en cambio, lo gana Rajoy, el desánimo que ha cundido por momentos en el PSOE, puede convertirse en pánico.