Ciencia y tecnología

Weibo: la micro-revolución china

Entramos en el Twitter del país asiático

Entramos en el Twitter del país asiáticoANA FUENTES

Es la web de moda en el país con más internautas del mundo (420 millones) y está barriendo a sus rivales: este año se calcula que puede llegar a los 150 millones de usuarios. Para estar al día en China hay que tener Weibo, un micro-blog en teoría controlado por el gobierno pero por el que se cuela más información de lo que parece.

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Chen Fuyun camina entre hileras kilométricas de mesas. Hace meses que dejó de conocer a todos sus compañeros. "Somos más de 400, esto está creciendo una barbaridad", explica. A sus 28 años es director de operaciones de Weibo, la web de microblogs más famosa de China, dependiente de Sina.com, la plataforma de blogs por excelencia. "La presión es fuerte, trabajamos sin parar, aunque también es un orgullo porque todo queda entre jóvenes. El 50% de nuestros usuarios tienen menos de 22 años, son lo más moderno de China", cuenta.

Weibo, que en chino se pronuncia como bufanda, ocupa una planta en un rascacielos de Zhongguancun, el barrio de las empresas tecnológicas de Pekín. "Veremos cuántos pisos llenamos el próximo verano", bromea una de las responsables de ventas. Desde que nació en agosto de 2009, Weibo está creciendo a un ritmo de 10 millones de usuarios al mes, aproximadamente como Facebook, solo que dentro de un país. Otras empresas como Tencent, Sohu o iFeng han lanzado servicios similares en China, pero sin el mismo éxito.

"Nos comparan con Twitter pero no somos iguales", señala Wang Hai, jefa de marketing. "A Twitter le costó el doble de tiempo tener el mismo nivel de penetración. Weibo incluye comentarios, fotos y vídeos. También permite 140 caracteres, pero en chino eso sirve para contar una historia. Es más dinámico, como los internautas chinos, que son nuestro valor añadido", añade mientras nos enseña una sala de descanso con varias mesas de ping-pong, el deporte nacional. "Cada día cuelgan comentarios sobre lo que han visto u oído, los temas que más les interesan, y eso está contribuyendo a la mejora de la sociedad. Antes una persona de Harbin, en el extremo norte, no sabía lo que pasaba en Hainan [una isla del sur, a 3.500 kilómetros]. Ahora sí, gracias a Weibo".

Censura relativa

¿Acaso Weibo no está sometido al mismo control que todos los medios chinos?, preguntamos a sus responsables. "Claro que Weibo respeta la ley, pero permite dar a conocer mucha información", expone Wang sin querer explayarse más. Twitter está censurado en este país y sólo lo usan las élites, normalmente activistas, que se procuran un 'proxy'. Aunque pese al control férreo de los contenidos, en la Red china siempre existen agujeros.

El más sonado en Weibo se produjo el pasado septiembre. Tres personas en Yihuang, Jiangxi, en el este del país, se inmolaron y se lanzaron desde el tejado de su vivienda porque las autoridades locales habían ordenado su expropiación forzosa. A los medios oficiales se les prohibió informar sobre el caso. Dos jóvenes de la familia decidieron entonces viajar a Pekín para protestar ante las autoridades nacionales. Fueron detenidas, pero desde el cuarto de baño pidieron ayuda por sms a varios periodistas locales que, junto con los abogados de la familia, difundieron los mensajes en Weibo. Se generó tal revuelo entre los internautas que las autoridades abrieron una investigación sobre varios funcionarios del Partido Comunista local.

Batalla por los usuarios

El fenómeno Weibo está haciendo de la Red china una especie de intranet: un adolescente de Gansu, en medio de la inhóspita meseta tibetana, puede bromear con un obrero de las fábricas del sur. También se ha vuelto un campo de batalla publicitario. Más de 5.000 empresas y 2.700 medios de comunicación tienen su perfil y las estrellas de cine y televisión como Yao Chen, la actriz con más fans en Weibo, casi 5 millones, lo utilizan para mantener su popularidad.

"Yo uso Weibo a diario porque todos mis compañeros y amigos lo tienen. Además, me sirve para estar al día en tendencias y moda", asegura Shi Yan, maquillador profesional de 29 años, mientras apura un capuccino en el barrio más caro de Pekín. "Si no estás en Weibo, parece que no eres nadie", añade Zhang Yu Ming, fotógrafo de 24 años.

 
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