Los sindicatos y el Gobierno negocian el cierre de su pacto social

Sindicatos y Gobierno han seguido negociando, al más alto nivel, el gran pacto social cuyas líneas generales alcanzaron en la medianoche del miércoles, tras una reunión entre los líderes de UGT y Comisiones Obreras y José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque el acuerdo ya se da por cerrado, se han abordado las cifras concretas de las propuestas y se ha acometido el redactado de los textos para tenerlo todo listo antes de que, este viernes a mediodía, el Gobierno presente su anteproyecto sobre la reforma de las pensiones

La clave fundamental es que a partir de ahora la jubilación se moverá en una horquilla que va de los 63 a los 67 años. Sobre los 65 años, la edad de referencia para la jubilación hasta ahora, el pacto prevé que para retirarse a esa edad con el 100% de la pensión serán necesarios 38 años y medio de cotización, tres y medio más que hasta ahora. Para jubilarse a los 67 con toda la pensión, en cambio, harán falta 37 años de cotización.

Y si alguien quiere jubilarse antes de esas edades de referencia, podrá hacerlo con coeficientes reductores sobre su pensión; además, en el caso de la jubilación anticipada, que iría de 63 a 65 años, no hará falta como hasta ahora pasar por un periodo de paro, sino que podrá hacerse voluntariamente.

Otro de los puntos clave es el aumento del periodo de tiempo que se usa para calcular la pensión. Actualmente son los últimos 15 años cotizados, y se pasará progresivamente a 25: precisamente la gradualidad con la que se implantará esta subida ha sido uno de los principales motivos de discusión. La idea original del Gobierno era pasar de 15 a 20 años entre 2013 y 2016, y aumentar de 20 a 25 de 2016 a 2021; los sindicatos confían en alargar más estos tiempos, hasta más entrada la década de los 20.

Becarios y cuidado de los hijos

Entre los aspectos a perfilar hay dos novedades significativas: una se refiere a los becarios, y otra aborda el problema de las carreras irregulares por el cuidado de los hijos, una situación que afecta en la mayoría de los casos a las mujeres. Éste es un empeño sindical, para que los colectivos más afectados por estas situaciones no vean, en la medida de lo posible, sus carreras de cotización interrumpidas o reducidas por tener hijos o por estudiar.

En el primero de los casos, se estudian fórmulas para que las personas que abandonan el trabajo para cuidar a sus hijos y con ello abran huecos en sus carreras puedan sumar algún periodo (aún por delimitar) de cotización; no es una medida de carácter general, advierten fuentes conocedoras de la negociación, y se circunscribiría (a la espera de lo que salga de la negociación en marcha) a los casos en los que la pensión se vea sensiblemente reducida por esta causa.

En el caso de los estudios, se buscan fórmulas para plantear que los becarios coticen; de momento, sólo colectivos muy restringidos de becarios tienen esa posibilidad, y se trata de ver cómo ampliarla. También se articulará la posibilidad, para aquellos becarios que lo fueran justo antes de la entrada en vigor de la norma, de hacer un convenio con la Seguridad Social para que, en este caso, el propio interesado pueda incorporar esos periodos a su carrera de cotización. Se explora la vía de utilizar para ello convenios con la Seguridad Social, en la que los recursos los tendría que poner el interesado.

Un apunte más, en materia de políticas activas: reaparece, con otra forma, la ayuda de 426 euros para parados sin prestación. Se ha pactado, siempre sujeto a ajustes en la negociación en marcha, una ayuda por un importe de alrededor de 400 euros, con la posibilidad de articularla como derecho subjetivo para los parados que hayan agotado otras prestaciones, y que da derecho además a la inserción en programas de formación.