Jerez de la Frontera, la ciudad del paro

Jerez de la Frontera es una de las localidades de Cádiz con más desempleados de la provincia, la última cifra es de 30.570 personas sin trabajo, pero también es la de mayor población (unos 210.000 habitantes). El paro se ha duplicado en los últimos cinco años y la necesidad entre la población ha aumentado a la vez que el desempleo. ¿Por qué en esta ciudad se destruía empleo cuando el resto de poblaciones generaba riqueza?

Dicen que Jerez de la Frontera ya no huele a vino. Los años dorados del sector vitivinícola se acabaron y la industria que se generó a su alrededor, como el etiquetado, la industria del corcho o las fabricación de botellas ha desaparecido.

La industria del vino y sus empresas auxiliares han pasado de generar 32.000 puestos de trabajo a los 5.000 actuales. No hay olor de la potencia azucarera que fue, la renta agraria está al mínimo y al ladrillo, ni se le ve ni se le espera.

El mayor complejo comercial de Andalucía

Los sindicatos se quejan enérgicamente por la proliferación de superficies comerciales a las afueras de Jerez. En cuestión de tres años se ha convertido en el mayor complejo comercial de Andalucía. Los agentes sociales creen que se está primando el sector servicios en detrimento del industrial, y la precariedad supera más del 70%.

A esto se une los graves problemas de su Ayuntamiento, sobredimensionado, donde trabajan más de 2.000 personas, con una deuda heredada y que pese a los recortes no ha hecho más que aumentar su endeudamiento, que asciende a 700 millones de euros. No se paga en tiempo ni en forma a la plantilla. Y los impagos a proveedores provocan continuas huelgas en los servicios públicos. El Ayuntamiento dice que está trabajando para propiciar una diversificación de la economía basada en tres apuestas: la industria agroalimentaria, el sector aeronáutico y el del automóvil.

Parados sin alternativa

Pero a la espera de que estos proyectos terminen de cuajar, los parados de esta ciudad no ven ninguna alternativa. Están desalentados porque el trabajo, si es que lo encuentran, es precario. Tampoco entienden cómo una ciudad que ha sido una imagen de marca se ha convertido en la ciudad del paro.

A muchos se les ha agotado las ayudas. Y la muestra de la necesidad entre la población se ve en el Comedor de San Salvador, donde muchas familias acuden cada día a recoger comida. Los que atienden este comedor aseguran que muchas familias jamás hubieran pensado pasar por allí en su vida.

Los ciudadanos de esta ciudad sufren casi diario las concentraciones y las huelgas. La última, la de los autobuses urbanos, que está haciendo mucho daño al comercio del centro. En el mercado de abastos se habla de unas pérdidas de hasta el 50%.

Los jerezanos y, en concreto, los parados, exigen a sus gobernantes actuales y a los que lleguen que cumplan sus promesas electorales. Aguardan estas elecciones como la última tabla de salvación que desbloquee la actual situación, y sobre todo que sean capaces de generar trabajo, mucho trabajo.