Unai Emery seguirá una temporada más en el Valencia

<a name="despiece1"></a><i>Unai entrenará contra Llorente</i>

PEDRO MORATA (Jefe Regional de Deportes Cadena SER Comunidad Valenciana)Usando el ejemplo de Unai y los remeros que elegirá para su barco y su nueva singladura, la realidad es que Unai tendrá que remar contra corriente o en este caso contra Llorente. Su presidente ha liado tanto la madeja que parece que Unai renueva por caridad. Un año más... y gracias.Llorente le ha envenenado tanto la renovación que pareciera que lo hiciese aposta, para haber provocado que dijera: no. Pero Unai ha dicho que sí, a pesar de todas las zancadillas recibidas y ninguneos soportados durante la temporada. Emery es así. Es el saco de arena del boxeador. Pone la otra mejilla. Desde fuera es fácil decir que tenía que haber mandado a paseo a Llorente y largarse. Pero rechazar al VCF no es fácil. Y menos cuando no se tiene ninguna oferta real sobre la mesa.¿Orgullo y dignidad o interés personal? Esa era la cuestión. Y Unai ha elegido su interés personal. Se curará sus heridas diciéndose a sí mismo que al fin y al cabo se trata de una sola persona (el presidente), el que le ningunea. Y que si le sale bien puede hacer la de Benítez (marcharse y dejarlo con un palmo de narices ) y si le salen mal los resultados, le echaran como en cualquier lado, pero tendrá 1.7 millones más en el banco.Y que a cambio de tragarse su orgullo, hará historia dirigiendo por cuarta temporada seguida al VCF y siendo entrenador de 'Champions'. Una inversión personal en un trabajo donde su enemigo lo tiene dentro. Emery ha tenido que teatralizar que no le duelen las lesivas declaraciones que con torpeza hiriente realizó su presidente, dejando a las claras que por él no hubiera renovado. Morir de pie o vivir de rodillas. En el paro de pie o entrenando de rodillas. Unai eligió lo segundo. Que tenga suerte por el bien de todos.