Sociedad

El sarampión, nueva amenaza en el Cuerno de África

ACNUR ha puesto en marcha programas para combatir la malnutrición en todos los campos de refugiados

Por si la hambruna y la sequía que vive el cuerno de África no fuera suficiente, ahora la amenaza de un brote de sarampión en los campos de refugiados de Etiopía ha hecho saltar todas las alarmas.

Se trata de los campamentos de Dollo Ado, al sudeste del país. ACNUR teme que el brote aumente la mortalidad y el número de enfermedades graves entre la población refugiada, ya de por sí bastante vulnerable.

Durante la semana pasada se contabilizaron 47 casos y tres muertes por aparentes casos de sarampión en el campo de Kobe, donde viven 25.000 personas.

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A pesar de que el sarampión no es causa de muerte entre la población sana, las complicaciones derivadas de la enfermedad sí pueden ser mortales, y los refugiados somalíes que llegan a Etiopía lo hacen la mayoría de veces en un estado de salud de extrema gravedad.

"La situación es alarmante y no nos podemos permitir esperar. Debemos actuar ahora, de manera urgente y con determinación, para detener y cambiar esta situación", ha declarado Moses Okello, representante de ACNUR en Etiopía, tras regresar de Dollo Ado, donde ha evaluado de primera mano de la situación.

El viernes se tomó la primera medida, ya que comenzó una campaña de vacunación para todos los niños refugiados de entre seis meses y 15 años de edad que están siendo trasladados desde el centro de tránsito hasta los nuevos campos de Hilaweyn. Unos 300 niños fueron vacunados antes de ser trasladados y se aisló a siete casos sospechosos de sarampión para ser atendidos en el centro de tránsito. Se espera que la reubicación se complete en unos 15 días, mediante el traslado diario de unas 1.000 personas en convoys.

La campaña de vacunación -que incluye vacunas contra la polio- se extenderá a otros campos, así como a comunidades de acogida cuando las autoridades sanitarias lo consideren necesario.

Los expertos en salud de ACNUR aseguran que los altos niveles de malnutrición, la baja cobertura de vacunación en Somalia y la superpoblación en los campos son algunos de los factores agravantes asociados a este brote, así como los hábitos de higiene pobres y la poca costumbre de demandar servicios de salud.

Antes de este brote, ACNUR y sus socios en materia de salud, aumentaron la capacidad de respuesta en los campos con el fin de hacer frente a las altas tasas de malnutrición entre los refugiados recién llegados y al mal estado general de la población. Ahora hay programas de malnutrición en todos los campos y en los centros de tránsito del campo y la frontera. Todos los refugiados del centro de tránsito reciben dos comidas al día para mejorar su estado nutricional. Se están ofreciendo servicios sanitarios las 24 horas del día y el acceso a las instalaciones ha mejorado gracias a un servicio de ambulancias. Todo ello ha sido complementado con campañas de salud e identificación de personas enfermas y malnutridas familia por familia.

El número de somalíes en los campos de Dollo Ado ha alcanzado los 118.400. De ellos, unos 78.000 han llegado este año.

 
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