Internacional

Condenado a muerte el principal acusado por el atentado de Marrakech

Adel Othmani ha sido declarado culpable y condenado a la pena capital por el atentado que acabó con la vida de 17 personas el pasado 28 de abril

En medio de una gran expectación, justo seis meses después de que explotara el Café Argana de la plaza Djemaa El Fna, en Marrakech, causando la muerte a 17 personas, 14 de ellas turistas extranjeros, el Tribunal Antiterrorista de Salé (ciudad cercana a la capital Rabat) ha condenado a muerte al principal acusado, Adel Othmani, de 26 años. Los jueces ratifican así la petición del fiscal. No ha ocurrido lo mismo con otro de los acusados, Hakim Dah, que ha sido condenado a cadena perpetua y no a pena de muerte, como también pedía la acusación estatal. Los otros siete detenidos han sido castigados con penas de entre 2 y 4 años, por no haber informado a la policía antes o después del atentado.

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"En cuatro años estas personas saldrán y volverán a poner bombas", afirma, sollozando, Jacques Sombret, padre de Maude Sombret, una de las víctimas francesas. "Marruecos no les ha condenado y les ha dado un permiso para matar", continúa, "y cito al Estado marroquí en cuatro años, cuando se volverá a producir otro atentado".

Mientras el juez estaba dictando la sentencia, los familiares de los acusados han comenzado a gritar y a mostrar su descontento con la decisión judicial. La policía, que durante la lectura del veredicto ha separado a las familias de las víctimas de las de los acusados, ha tenido que desalojar a estas últimas para evitar enfrentamientos. Muchos de los familiares de las víctimas no han podido contener la emoción y se han echado a llorar. Otros, se han encarado desde lejos a los acusados y les han mostrado el símbolo de la victoria, pese a que ninguno de ellos había pedido, al menos formalmente, la pena de muerte para los responsables. Las fuentes cercanas al proceso dudan de la aplicación de la condena a muerte para el principal acusado, ya que la pena capital no se aplica en Marruecos desde 1993.

"Aunque mi hermano hubiera sido condenado a un día, no habría sido justo porque es inocente", sostiene Hassan Battar, hermano de uno de los condenados a cuatro años. "El juicio no ha sido justo y el Estado marroquí está implicado", continúa, "pero no vamos a bajar los brazos, tenemos mucho trabajo que hacer".

 
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