Sarkozy y Merkel detallan en una carta a Van Rompuy sus propuestas de reforma

Las propuestas franco alemanas para el Consejo Europeo han llegado a Bruselas confirmando las divergencias entre el proyecto de Paris y Berlín y el que defienden en las instituciones europeas, ya que los grandes cambios de infraestructura y en los Tratados que preconizan Merkel y Sarkozy no son "imprescindibles", según el documento previo elaborado por el presidente del Consejo Europeo.

Van Rompuy ha leído con interés la carta, según sus colaboradores que, sin embargo, mantienen que los mismos objetivos podrían conseguirse por otras vías "más rápidas y menos complicadas", según fuentes cercanas al presidente del Consejo Europeo que va intentar, en cambio, un mayor compromiso a nivel económico de todos los gobiernos con el fondo anticrisis.

Sus colaboradores se han negado a precisar si con las normas actuales este mecanismo de estabilidad sería un instrumento inútil para los objetivos que se le han encargado, pero lo cierto es que el presidente del Consejo Europeo pide eliminar los topes a la aportación de fondos que en forma de garantías realizan los Estados y que Alemania había limitado a 500.000 millones.

No es el único problema sobre este mismo tema ya que mientras Sarkozy y Merkel piden romper con la unanimidad para decidir por mayoría cualificada (del 85% de las cuotas aportadas) y el uso de esos fondos de estabilización europeos, Van Rompuy propone restringir las votaciones por unanimidad aplicando las normas del FMI. Un debate importante porque elimina el derecho de veto que durante esta crisis han invocado países pequeños, como Finlandia, reacios a hipotecar su dinero sin garantías de que podrán recuperarlo.

Van Rompuy quiere también que el mecanismo de estabilidad se pueda convertir en Instituto Monetario Europeo, (algo muy parecido a un Tesoro Europeo) que Merkel nunca ha aceptado.

La carta que remiten Merkel y Sarkozy, a la que ha tenido acceso la Cadena SER, incluye un instrumento nuevo, la posibilidad de exigir a los gobiernos con problemas la firma de un acuerdo bilateral y con valor jurídico, "la obligación para el Estado afectado de cerrar con la Comisión y el Eurogrupo un partenariado europeo para la reforma en el que se precisen las medidas presupuestarias y estructurales con las que este Estado piensa superar sus problemas económicos". Una propuesta que implica convertir en obligaciones de carácter jurídico los pactos de un gobierno con los miembros del Euro y que puede permitir resolver contenciosos hasta ahora políticos ante los tribunales. Un problema añadido para un Consejo cargado de recelos.