Procesos de corrupción y apellidos ilustres

Partiendo de la premisa de que ningún 'descamisao', como diría Alfonso Guerra, podría ser protagonista de estos escándalos financieros, sí es verdad que muy importantes apellidos figuran en el repaso a los grandes casos de corrupción de las últimas décadas.

Por tirar a lo más alto, el propio rey Juan Carlos tuvo que ver su nombre en las portadas cuando su amigo Manuel Prado y Colón de Carvajal, que se presentaba como administrador real y fue encarcelado por el llamado caso KIO. También aquella trama metió entre rejas a Javier de la Rosa, el empresario catalán más exitoso de los años 80. Jordi Pujol le llamó "empresario modelo", y por cierto, el honorable también resultó incluído -como ex directivo que fue- en el caso Banca Catalana, que los tribunales sobreseyeron no sin antes calificar la gestión de desastrosa.

El banquero más mediático de los ochenta, Mario Conde, acabó en prisión por los casos Argentia Trust y Banesto, y el más brutalmente popular, Jesús Gil, fue condenado por varios casos relacionados con Marbella y su club, el Atletico de Madrid.

En la etapa de gobierno de Felipe González nos encontramos al propio gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, encarcelado por el caso Ibercorp, y a dos parlamentarios socialistas, por el caso FILESA. En la etapa de Aznar se le presenta al PP el pegajoso caso Naseiro, el de la construcción de Burgos o el caso Fabra, íntimo del ex-presidente y a la espera de un juicio que llega ocho años después de regates a la Justicia.

Presidentes de comunidades autónomas, una directora general del BOE, directivos de la UGT y hasta un director general de la Guardia Civil han escuchado sentencias condenatorias en los tribunales.