Vota Grecia, espera Europa

Desde el pasado mes de noviembre, el país está regido por un gobierno de unidad nacional con conservadores, socialistas y representantes de la extrema derecha. Lukas Papademos encabeza este ejecutivo que ya llegó al poder después de dos años de durísimos recortes, quince huelgas generales y la presión constante de la comunidad internacional que tiene a Grecia bailando constantemente sobre la cuerda floja para mantenerse en el euro.

Papademos dejó claro desde el inicio de su mandato que Grecia tenía imposible cumplir con sus objetivos a menos de que siguiera habiendo rescates. Apenas una semana después de llegar al cargo, el Banco de Grecia presentaba un informe con un dato demoledor: el 13% de las familias griegas no tienen ningún tipo de ingreso.

De noviembre a febrero se sucedieron mensajes y negociaciones hasta llegar al nuevo plan de recortes anunciado hace dos meses. Plan que era necesario para que Grecia pudiera acceder a un nuevo rescate financiero. En él se establecía el recorte de salarios de hasta el 22% en la empresa privada, nuevas privatizaciones, la congelación de nuevo del sueldo de los empleados públicos, la condonación de 100.000 millones de deuda y la reorganización del sistema bancario. 3300 millones de ahorro en salarios, empleos públicos y pensiones que volvieron a llevar a los griegos a protestar a la calle.

Papademos y su gobierno de coalición han tenido que hacer frente ya a una huelga general en febrero. Un mes después, se aprobaba el segundo rescate para el país. De hecho, las medidas tomadas en el período de Papademos pueden conllevar un castigo electoral para las principales formaciones conservadora y socialista que sostienen su Ejecutivo: las encuestas aseguran que perderán la mitad del apoyo que tenían en las urnas. El panorama de cara al domingo no es muy alentador para el futuro del país ni para su unidad: de los diez partidos con posibilidades de obtener representación parlamentaria, sólo tres aceptan las medidas de austeridad que exige la Unión Europea.

Esas medidas han permitido, no obstante, que Standard & Poor's suba la calificación de la deuda griega por primera vez en años. Pero de puertas para adentro la situación dista mucho de ser mejor. En algunas regiones, como Ática, se están repartiendo vales de comida entre los escolares. La eliminación de los convenios colectivos ha hecho descender los salarios hasta un 20% en un país que tiene el IVA en el 23% y ya se están analizando otras graves consecuencias sociales y sanitarias. La Universidad de Cambridge, por ejemplo, publicaba este año un informe con datos de 2011 en el que constata el incremento de los suicidios (en un 40%), del SIDA (roza un auge del 50%) o de la atención social en ONG's (del 3 al 30%) en comparación con 2008, último año previo a la crisis.