
La realidad, desde el cartón
Cerca de 30.000 personas no tienen hogar en España. Muchos de ellos tienen que dormir en la calle, entre cartones
Hablamos con la cara más dura de la crisis, las personas sin hogar. En verano, muchos comedores sociales y albergues cierran. Muchas veces tener un cartón para dormir y rebuscar en la basura para comer es la única opción que tienen para vivir
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"Tengo 23 años y me ha tocado vivir la experiencia de vivir en la calle muy pronto", asegura María en el madrileño barrio de Lavapiés. "Tengo que comer comida de la basura", añade. Doce millones y medio de personas viven en riesgo de pobreza en España según la EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social). De ellos, alrededor de 30.000 personas no tienen hogar, de acuerdo con las estimaciones de la organización humanitaria Cáritas.
Una de esas personas pasa sus noches en los soportales de la Plaza Mayor de Madrid. No nos dice su nombre, pero sí que valora la situación actual de España: "Rajoy está exprimiendo al pueblo. Debería quitar más a los ricos". No es el único político que recibe críticas por parte de los 'sin techo'. Según Silvia, que también pasa sus noches en el centro madrileño entre cartones, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, "debería venir a dormir a la calle, a ver cómo se levantaba". Otros, como Pablo, que pasa sus días y noches en las calles de Lavapiés, propone que "las iglesias den sitios para dormir, porque en la calle sufrimos el vandalismo de la gente".
Wilson, inmigrante ecuatoriano 'sin papeles', afirma que tiene que "ir a mendigar la comida a los albergues. Y ahora nos va a tocar mendigar en el hospital porque no tenemos para pagar", en relación al plan del Gobierno de exigir a los extranjeros sin documentación 710 euros anuales para ser atendidos en la sanidad pública mediante el contrato de una póliza que se asemeja a un seguro médico privado.
Esta semana Girona decidió poner candados a sus contenedores para evitar un riesgo en la salud de las personas que buscan comida en la basura, según el Ayuntamiento de esa ciudad. Pero rebuscar entre los desperdicios no es la única forma que tienen los 'sin techo' para alimentarse. "Cuando no tengo para comer, robo en supermercados. Hoy me he llevado una lata de paté sabor anchoa, no me da vergüenza reconocerlo". Desgraciadamente, pueden poner candados a los contenedores, pero no a las ganas de comer. Desde los cartones de la Plaza Mayor se escucha una voz que dice: "Por muchos candados que pongan, los van a reventar".
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