6 millones de parados, la ministra no sale y el capitán del barco se refugia en el camarote

Hay momentos en la vida en los que es necesario parar. Parar el reloj y pedir tiempo. Tiempo para pensar, para ver exactamente dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Bueno, pues hoy es uno de esos días. Haber superado, con creces, la barrera de los seis millones de parados....no es una cifra más. Eso es como un terremoto, o como un atentado. Si uno se para a pensarlo, supone una conmoción de tal calibre que deberíamos estar convocando un concurso nacional de ideas a ver si a alguien se le ocurre algo.

Ya no vale refugiarse en la inercia, ni en Bruselas, ni en el marco de crisis general, ni tampoco en algún dato macroeconómico que haya mejorado últimamente... Todo esto suena, cada vez más, a excusas para esconder el fracaso de una política. O peor, suena a cortinas de humo. Por cierto, hablando de cortinas... y de humo, y de incendios como éste: ¿dónde está hoy el jefe de los bomberos? ¿Dónde está la ministra de Trabajo? Tampoco estaría mal que saliera a decir algo. No todos los días se tienen 6.202.700 parados, ni casi 2 millones de familias con todos sus integrantes sin empleo, ni tres millones y medio de parados de larga duración, ni casi el 60% de paro juvenil....

Quizá no sea lo más importante de este asunto, pero si cuando el barco embarranca en los arrecifes y se abre una vía de agua, el capitán sigue en su camarote, no sé yo qué cara se le queda a la tripulación.