
Más de 6.000 personas optan a 40 plazas de administrativos en Aragón
Es una Oferta Pública de Empleo que lanza el Ejecutivo autonómico y que llevaba desde el 2011 sin convocar
Un total de 6.322 personas optan este domingo en Zaragoza a 40 plazas de administrativo que oferta el Gobierno de Aragón. Este domingo se desarrollaba el primero de los ejercicios de esta oposición que permitirá a los 40 mejores obtener una plaza de funcionario administrativo con nivel C-1. El examen se ha realizado en el Campus Río Ebro, a las afueras de la capital aragonesa, donde se imparten las carreras científicas y técnicas de la Universidad de Zaragoza y ha habido que fletar autobuses urbanos para satisfacer la necesidad de transporte de tanto opositor. También en el tranvía de la ciudad se detectaba este domingo a primera hora más ciudadanos de lo habitual en un domingo.
El perfil de los opositores es tan variado que se desdibuja. Hombres y mujeres, de todas las edades, y de todo Aragón han acudido a este campus a examinarse. Hasta de Albarracín, el sur de la comunidad aragonesa, han llegado autobuses de opositores. Los hay con trabajo que llegan a probar suerte, confesando que apenas han estudiado, pero anhelando un empleo más estable y con mejores condiciones, o interinos del propio Gobierno de Aragón en busca de plaza fija, pero la mayoría son parados, algunos con tres años en el desempleo o más, que ven en este examen una oportunidad para salir de las listas del INEM.
Es el caso de Belén, lleva dos años estudiando esta oposición, y está en paro. Según confiesa, acude al examen animada, aunque anticipa a la entrada que "se espera cualquier cosa". Ve esta cita como una oportunidad porque, "la cosa está muy mal". Cerca, en otro grupo, otras dos mujeres, una de ellas lleva 9 años sin trabajar porque "estaba en la empresa privada, sin ninguna sensibilidad para favorecer la conciliación y opté por cuidar a mis hijas", ahora, según confesaba esta joven, "una oposición es la única forma que veo de poder volver al mundo laboral".
En el ambiente, mezcla de escepticismo, nervios y un "no perdemos nada, hay que probar", que se oía en muchos círculos de aspirantes, aunque a todos les pesa como una losa la desproporción de plazas, 40, para los más de seis mil apuntados a este examen. La suerte está echada. El premio, un trabajo supuestamente para toda la vida.
