
De arquitecto a cocinero: "La crisis me hizo abrir la mente y valorar más las cosas"
Muchos jóvenes se han visto obligados a cambiar su vocación profesional por la crisis y se han encontrado haciendo algo nuevo que, además, les gusta

Daniel estudió arquitectura pero ahora trabaja como cocinero en un hotel / CADENA SER
"La crisis me hizo abrir la mente", "tenemos que buscar el lado bueno de las cosas, aunque sea difícil", "lo vi como un 'plan b' y ahora no me veo haciendo otra cosa", "sé que este trabajo me va a hacer feliz y con eso me basta" o "la crisis me cerró una puerta pero me abrió una ventana", son algunas de las cosas que cuentan una serie de jóvenes españoles que hace un año se veían perdidos y que ahora han encontrado una nueva vocación profesional.
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Existen dos palabras en España que entristecen con solo pronunciarlas, dos vocablos desgastados que no queremos escuchar, dos términos oscuros que están marcando el destino de toda una generación: paro juvenil. Sin embargo, la búsqueda de soluciones para encontrar trabajo o para agarrarse a una nueva ilusión, en algunos casos, está dando sus frutos. Algunos se han marchado a otros países en busca de un trabajo bien remunerado; otros han decidido cambiar su vocación profesional.
Daniel estudió arquitectura pero muy pronto se dio cuenta de que sería muy difícil encontrar trabajo en el sector más maltratado por la crisis. "Yo no estaba dispuesto a trabajar gratis o a pagar por trabajar en timos camuflados de formación". Durante un tiempo no encontró nada, hasta que un día de forma casual una amiga le ofreció trabajar en la cocina de un hotel. "La crisis me abrió la mente. He tenido la suerte de poder reinventarme en un sector desconocido y gracias a la situación valoro mucho más las cosas". Daniel no se arrepiente de haber estudiado una carrera, de hecho aplica la parte creativa de la arquitectura a la hora de montar los platos. "Me gusta el trabajo que estoy haciendo, me parece un mundo con muchas posibilidades".
Vanesa se licenció en Periodismo hace un año. Tras hacer prácticas en diversos medios de comunicación y no conseguir trabajo, realizó un curso de Community Manager "por probar" y ahora tiene trabajo en una empresa de marketing online. "Lo vi como un 'plan b' para salir adelante" y ahora "solo me veo en una empresa de comunicación y marketing". A Vanesa le hubiera encantado trabajar "en un periódico o en una revista, pero el no poder trabajar en ese ámbito debido a la crisis me abrió la mente hacia otras vías de la comunicación que sinceramente no me había planteado" y asegura que "siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas" aunque sea muy difícil verle algo bueno a una crisis.
Las noticias que nos llegan desde fuera son totalmente desalentadoras: el FMI asegura que el paro en España no bajará del 26% hasta 2018 y que hay que bajar los salarios. La OCDE alerta de que existe riesgo de que los jóvenes y los parados de larga duración no lleguen a encontrar nunca trabajo. Y la guinda de este pastel de sabor amargo es escuchar al presidente de un país, al alemán Joachim Gauck, reconociendo que no le gustaría ver a sus nietos en la piel de jóvenes españoles.
"Creo que, en mi caso, me cerró una puerta pero me abrió una ventana. La crisis te hace recapacitar". Pablo estudió Traducción e Interpretación, pero como no vio posibilidad de encontrar trabajo a corto plazo de 'lo suyo' se lanzó a estudiar un Master de Periodismo Deportivo. Ahora dirige una web de Fórmula 1 y es redactor de noticias en un medio local. "Yo no sé si la crisis tiene un lado bueno, pero está claro que si no hubiera habido crisis, no habría hecho el master gracias al cual trabajo ahora". "Ahora 'lo mío' es el periodismo", asegura Pablo.
Otras de las curiosas historias que aportan algo de luz a esta situación es la de Beatriz, que estudió Enfermería y que ahora mismo está embarcada en un proyecto agrícola que poco tiene que ver con su vocación inicial. Con 25 años, Beatriz va a abrir una quesería y se va a dedicar al cultivo, al cuidado de cabras y a la producción de productos lácteos. "En casa siempre habíamos trabajado los animales y surgió esta oportunidad. Mi sueño era ser independiente, tengo las cualidades y si esto me sale bien, no pienso en volver a la enfermería". "Sé que esto me va a hacer feliz y con eso me basta", dice sonriente.
En muchos casos persiste el regusto de la frustración
"Ver otros campos y probar otros trabajos es una buena experiencia, sin embargo, queda esa frustración de haber estudiado algo que te gustaba y no encontrar trabajo", cuenta María, que estudió Psicología y que este verano ha trabajado como profesora. "Nunca me había planteado el tema de la docencia y la verdad es que la experiencia de ser profesora me ha gustado mucho", aun así, "dentro de diez años me gustaría verme en un hospital trabajando como psicóloga", dice suspirando porque la crisis todavía no ha conseguido cambiar sus sueños.
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